Claves
Por Manuel Riveiro
Fuerteventura conoció antes que ninguna otra Isla del Archipiélago cuántos turistas había recibido en el último año. Una cifra exacta: 3.403.404 turistas. Nuevo récord en la llegada de visitantes, incremento significativo en los mercados internacionales (4,9 por ciento), en el nacional (2,3 por ciento), en el interinsular (19,9 por ciento) y en los cruceros (65,9 por ciento), y las palmaditas en la espalda de rigor. Merecidas, sin duda.
Fuerteventura conoció antes que ninguna otra Isla del Archipiélago cuántos turistas había recibido en el último año. Una cifra exacta: 3.403.404 turistas. Nuevo récord en la llegada de visitantes, incremento significativo en los mercados internacionales (4,9 por ciento), en el nacional (2,3 por ciento), en el interinsular (19,9 por ciento) y en los cruceros (65,9 por ciento), y las palmaditas en la espalda de rigor. Merecidas, sin duda.
Ese balance del ejercicio lo ofreció el Patronato de Turismo el 22 de diciembre, nueve días antes de las campanadas de Fin de Año. La misma jornada, la empresa pública Promotur, que depende de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, publicaba las cifras del mes de noviembre de turismo interno, el que efectúan los canarios en islas distintas a las que residen. Y, seis días después, ofrecía la estadística de referencia en la llegada de turistas (Frontur), también del mes de noviembre. Hasta comienzos de febrero no se suelen publicar las cifras totales del año anterior.
Los números del Gobierno regional se alejan de los que ha dado el Patronato de Turismo majorero. Entre enero y noviembre llegaron a Fuerteventura 2.046.302 turistas, 46.034 más que en el mismo periodo de 2016. El crecimiento es de un 2,3 por ciento. De ese total, 122.326 proceden de la Península (3.235 menos que en el ejercicio pasado, un 2,6 por ciento menos) y el resto son turistas extranjeros. El principal mercado es el alemán (805.728 visitantes), seguido del británico (500.007 turistas), del italiano (113.406) y del francés (112.732), el único de los principales mercados emisores, junto al nacional, que retrocede.
La otra estadística difundida por el Gobierno de Canarias en los últimos días es la citada de turismo interno. Entre enero y noviembre habían llegado a Fuerteventura 140.989 residentes canarios a pasar sus vacaciones, según el estudio. El crecimiento en los once primeros meses de 2017 fue de 13.296 visitantes, más de un 10 por ciento.
En cuanto a los cruceros, la Autoridad Portuaria de Las Palmas hizo balance (dos días antes de acabar el año) y apuntó que a Puerto del Rosario habían llegado 172.247 cruceristas, frente a los 422.159 de Arrecife o los 639.015 de Las Palmas de Gran Canaria.
La suma de cifras oficiales sobre el mercado internacional, el nacional y el canario, a falta de los datos de diciembre (el año anterior los dos primeros segmentos alcanzaron los 188.639 visitantes), más los cruceristas de todo el año, arroja 2.359.538 visitantes.
En cualquier caso, los números marean. Son un éxito de afluencia turística. Pero llama la atención que haya diferencias tan desproporcionadas entre las estadísticas que ofrecen dos organismos de promoción, tan abultadas que alcanzan a centenares de miles de visitantes, como perdidos en un limbo de hamaca, cerveza y crema solar.
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