El museo de la radio y aviación de Tamariche
Rafael Pérez Rodríguez, conocido como Tamariche, y colaborador habitual de los medios de comunicación insulares, es una de las personas que mejor conoce la evolución de las telecomunicaciones y la aviación en Fuerteventura. Atesora una interesante colección de equipos que prestaron servicio en los centros de comunicaciones más importantes de la Isla, como el repetidor de telefonía de Piedra Sales o los aeropuertos. Solicita que alguna administración se haga cargo de los aparatos que guarda en su garaje, “para que los jóvenes puedan conocer la historia”.
El garaje de Rafael Pérez en su casa del capitalino barrio de El Charco parece un búnker de la segunda guerra mundial. Por todos lados aparecen aparatos y mecanismos para comunicarse con el exterior, que Tamariche quiere donar: “para que no se pierdan cuando yo no esté”.
Tiene varias emisoras, transmisores de onda media, un acoplador de antena para ajustar la frecuencia de los equipos, un antiguo y aparatoso medidor de resistencia, una bonita colección de manipuladores de telegrafía, un osciloscopio, un receptor ruso, diversos modelos de teléfono que hoy llamaríamos vintage, entre ellos uno militar de campaña, e incluso un teletipo, estrella en este museo por ser el aparato que supuso una evolución de la máquina de escribir para emitir los primeros textos mecanografiados a través de las ondas, y que concretamente perteneció al legendario periodista majorero Gerardo Jorge.
Rafael entró muy pronto en contacto con las telecomunicaciones. Aunque nació en Las Palmas de Gran Canaria, tras la muerte de su padre biológico siendo niño, se estableció en Fuerteventura con su madre, que era majorera. Él mismo se considera majorero, pues se crio en la pedanía de Tetir de donde surge su sobrenombre artístico, Tamariche.
A los catorce años, en 1953, comenzó a trabajar con su padrastro –“al que considero mi padre”, destaca- en la montaña de Piedra Sales, donde se encontraba el repetidor de la señal de radio que llegaba a la isla y que en aquel entonces se distribuía por cable al reducido número de teléfonos que había en Fuerteventura. “De Piedra Sales se mandaba la señal a la centralita de Telefónica en Puerto del Rosario, y allí una operadora llamaba con las clavijas a los pocos que tenían teléfono, el Cabildo, don Arístides…”. En la emisora, “aunque mi padre era el encargado del mantenimiento, al final nos quedamos operando porque aprendimos”, explica.
Trabajó más tarde en la depuradora, y luego, tras hacer la mili, entró a trabajar en 1973 como técnico de mantenimiento de la torre de control del aeropuerto de El Matorral, donde permaneció cuarenta años hasta jubilarse. De ahí le viene otra de sus grandes pasiones, la historia de la aviación, y fue allí donde rescató una parte importante de los aparatos que hoy forman este particular museo. “Cuando cambiaron los equipos de la torre de control dejaron los antiguos en el sótano. Allí estuvieron hasta que se hicieron obras y los iban a destruir. Por eso los guardé”.
Rafael Pérez pide que alguna administración se haga cargo de una colección de aparatos que muestran la historia de la evolución de las telecomunicaciones y la aviación en la Isla
Rafael Pérez conoce bien esa parte de la historia. “Estos aparatos funcionaron hasta el año 1982”, pero antes de eso, algunos de ellos estuvieron en las anteriores localizaciones del aeropuerto. “El Aeropuerto de El Matorral comenzó a operar en 1969, siendo presidente Gil Sánchez, porque antes de eso los aviones llegaban y salían de Los Estancos, desde el año 1951”.
Antes, incluso, funcionó el aeropuerto militar de Tefía, a donde llegó el primer vuelo de pasajeros de Iberia, un Junker JU52, en el año 1947. Pero la historia se remonta incluso más atrás, pues “se sabe del aterrizaje de un hidroavión en Puerto Cabras, en 1924”.
En su interminable anecdotario está la historia de cuando un grupo de legionarios secuestró un avión en el Aeropuerto de El Matorral para desertar, en 1979. “El coronel y otros oficiales entraron en la torre de control pistola en mano y nos echaron a todos de allí. Hablaron por radio con los secuestradores para intentar convencerles, pero no lo consiguieron. Se llevaron a la tripulación, pasajeros y al personal de limpieza, entre ellos a Manuel Fagiel Fuentes. A ellos los soltaron en Portugal, pero luego siguieron su camino hasta aterrizar en Suiza”.
Con respecto a la colección de aparatos, Rafael Pérez, Tamariche, espera que alguien se haga cargo de ellos, “porque hasta ahora nadie me ha hecho caso. Únicamente Onda Fuerteventura se va a llevar unos cuantos para exponerlos y darles uso en la escuela de radio”.
Comentarios
1 z.... Sáb, 10/06/2017 - 21:46
2 Un amante de la... Dom, 11/06/2017 - 09:35
3 LEONCIO HERNAND... Dom, 11/06/2017 - 10:26
4 LEONCIO HERNAND... Dom, 11/06/2017 - 10:26
5 Pasión por la a... Dom, 11/06/2017 - 10:53
6 un colega Dom, 11/06/2017 - 20:02
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