MEDIO AMBIENTE

La Isla inicia contactos con el Ministerio para tener una delegación del Seprona

Sofía Menéndez 0 COMENTARIOS 21/08/2017 - 05:15

El encuentro promovido por el proyecto “Biosférate” del Cabildo de Fuerteventura llenó el salón de actos de la Consejería de Deportes. Ante la petición final de los amantes de la caza de contar con más vigilancia en el campo, el presidente del Cabildo, Marcial Morales, adelantó una primicia: el inicio de las negociaciones con el Ministerio del Interior para contar con una delegación del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en Fuerteventura, lo que supondrá contar con al menos ocho agentes en la Isla. Actualmente solo se cuenta con tres especialistas en medio ambiente, dependientes de la comandancia de Las Palmas.

En el acto, además de presentar este cuaderno de buenas prácticas, se contó con el especialista en gestión del conejo silvestre, Paulino García Alvarado, que explicó la triste situación en que vive este mamífero por culpa de la Neumonía Hemorrágico Vírica (NHV) en Fuerteventura. El veterinario pidió paciencia a los cazadores para que los ejemplares más fuertes puedan vencer a la enfermedad y vuelva a recuperarse la población.

Por su parte, Luis Fernando Villanueva, director de la Fundación Artemisan y Presidente de APROCA España (Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente), resaltó la importancia de que las sociedades de caza estén unidas e inicien la modernización del sector para tener un futuro sostenible.

El ingeniero agrónomo y experto en la importancia socioeconómica de la caza en España señaló la necesidad de dejarse guiar por los investigadores y científicos en esta materia y apoyarse en la administración para conseguir mejoras, pero siendo ellos mismos los responsables del porvenir de esta actividad.

Villanueva disertó sobre la custodia del territorio de áreas cinegéticas y presentó numerosas experiencias de recuperación de especies -como la perdiz roja- en fincas gestionadas por los cazadores, gracias a controlar los gatos cimarrones, con instalación de fuentes y cultivos aleatorios puestos en funcionamiento para una buena gestión de la caza.

Asimismo, subrayó la necesidad de comunicar los valores positivos que aportan los cazadores a la sociedad: “Somos un vínculo de lo rural que mantiene el campo vivo, con agricultura tradicional, y debemos establecer alianzas con los amantes de la conservación de la naturaleza y apoyar proyectos de recuperación de especies en extinción, potenciar la gastronomía de la caza y toda clase de productos derivados de esta actividad”.

En el acto estuvo presente también el consejero de Deportes, Caza y Agua, Andrés Díaz Matoso, que enumeró todas las actividades realizadas por su departamento de fincas cultivadas con alfalfa y grano para alimento de las especies, bebederos y otros arreglos para mejorar la situación.

En el turno de preguntas los cazadores no escatimaron las críticas a la administración, pero también exigieron que se incremente la vigilancia para expulsar a los garbanzos negros de este colectivo. “Esa gente que incumple las normas no puede seguir en nuestro colectivo y no deben seguir cazando”, señalaron.

El presidente Marcial Morales cerró el encuentro recordando que el Cabildo quiere mejorar la situación de la caza en Fuerteventura y está dispuesto a apoyar los proyectos de las sociedades cinegéticas que vayan en ese sentido.

Morales indicó que la presentación del manual de buenas prácticas para los cazadores es el inicio. Se trata de una de las primeras acciones organizadas por el proyecto “Biosférate” hacia uno de los colectivos más importante de la Isla. Los objetivos de estas acciones son la concienciación y divulgación de los valores naturales y culturales que han hecho que Fuerteventura haya sido declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.

El buen cazador

El manual promovido por el programa “Biosférate” del Cabildo de Fuerteventura pretende concienciar a los aficionados de la necesidad de cuidar “la cancha” donde practican esta actividad deportiva; esto es, la naturaleza. Se trata de un cuadernillo de vanguardia donde un grupo ecologista, “Agonane”, participa en apoyo a los cazadores para promover el bien al medio ambiente. El manual hace hincapié en no destrozar los muros que separan las fincas en el campo, ni los trastones de las gavias, y también promueve la recogida de las vainas de los cartuchos, y la utilización de una munición ecológica alternativa al plomo.

Otras secciones destacables del cuadernillo son: Peligrosidad y distancias: Reglas de oro; Tolerancia cero con el maltrato animal; además de Cazador cazado, que pretende que los mismos cazadores ejerzan de educadores. También destaca la sección Custodia del Territorio, que pretende promover la conservación de fincas -cultivando y habilitando bebederos- que incrementen las especies cinegéticas y a su vez otras especies en peligro de extinción. Se trata, en fin, de un manual muy ameno con poco texto y muchos dibujos que termina con un crucigrama dedicado a la caza.

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