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De animal de carga a mascota: la Asociación Soo identifica a 145 burros de raza majorera

Foto: Carlos de Saá.
M.J. Lahora 2 COMENTARIOS 19/01/2018 - 07:46

“El burro es ahora una mascota más en la casa”, señala Matías Peña, presidente de la Asociación ‘Soo’. Atrás quedaron los años en los que eran solo considerados como animales de trabajo. En la actualidad, se contabilizan 145 animales censados en Fuerteventura por parte de este colectivo que lucha para el fomento y conservación del burro majorero, una especie autóctona en peligro de extinción y por la que ahora se trabaja en su preservación.

El 90 por ciento de los animales censados son hembras y el resto son machos. Con la ayuda del Gobierno de Canarias a las razas autóctonas y la reciente subvención otorgada por el Cabildo de Fuerteventura, la Asociación Soo confía en poder desarrollar un programa para el mantenimiento, control y reproducción de los animales, según explica el presidente de este colectivo.

La asociación estuvo a punto de desaparecer hace cuatro años, pero frente a esta amenaza la Junta directiva decidió coger las riendas y ahora, gracias a su tenacidad y a las subvenciones de organismos públicos, puede disponer de un veterinario que examina a los ejemplares de forma gratuita para el propietario. También se encarga de proporcionar los microchips y la vacunación correspondiente.

El grupo trabaja también en la posibilidad de censar y controlar los ejemplares en otras Islas del Archipiélago. Para ello espera contar con ayudas que le faciliten el desplazamiento del veterinario a esas zonas, dado que al carecer de otros ingresos el colectivo tiene difícil poder costear este requisito. Matías Peña tiene constancia de la presencia de ejemplares en Lanzarote, Gran Canaria y La Palma que confían en poder incluir en el censo que siguen elaborando.

También quieren sumar a este listado a los burros que se encuentran sueltos en Fuerteventura. Al respecto, Peña comenta que la asociación y el Cabildo, junto al Ayuntamiento de Pájara, trabajan en un proyecto que permita atraer a los ejemplares a la granja experimental de la Corporación insular, donde permanecerían durante un periodo, aún sin especificar, con el fin de acostumbrarlos a disponer de comida y agua de forma habitual en un lugar concreto, para más tarde soltarlos con la esperanza de que se comportasen como animales de costumbres y regresaran a alimentarse a la granja, donde dispondrían de comida asegurada, aunque se criasen en libertad. Con esta acción también podrían contar con ejemplares a modo de sementales y fomentar la cría de la especie, una vez que los propietarios llevasen a sus hembras.

Y es que, por desgracia, “en la actualidad nacen pocas crías”, según señala el veterinario de la asociación, José Luis. La acción de este profesional se centra en desarrollar el programa sanitario para prevenir las enfermedades de esta raza en peligro de extinción “en la que no nos podemos permitir el lujo de, por falta de vacunación, perder ejemplares”. Este programa contempla la vacuna contra el tétanos, la gripe equina y desparasitar a los animales. “Además, como veterinario intento dar también atención a los animales cuando nos lo requieren los propietarios”, añade.

El libro genealógico

Otra de las labores que desarrolla el veterinario es la de identificar a los animales instalándoles un microchip. “Les hacemos la cartilla para tenerlos censados al tiempo que se valora qué animales, por sus características morfológicas, pueden pertenecer realmente a la asociación”. En los pasos de futuro se contempla la elaboración de un mapa genético mediante las analíticas de consanguineidad con ayuda del Cabildo de Fuerteventura. Estos análisis consisten en la toma de pelo de las crías para averiguar quién es el padre. Suman más de cincuenta los propietarios de burros de la raza majorera en Fuerteventura a los que atiende el veterinario, pero son más los que se estima que pueden disponer de alguno de estos ejemplares en otras Islas.

Características de la raza

La asociación Soo destaca que “la raza asnal majorera está emparentada directamente con las actuales poblaciones de burros del Norte de África. Su alzada oscila entre 100 y 120 centímetros a la cruz, con pesos comprendidos entre 125 y 175 kilos. La apariencia es proporcionada y equilibrada, resultando en su conjunto muy armónicos, y aunque puedan parecer frágiles son animales muy rústicos, longevos y sobrios”.

Su supervivencia ha sido posible gracias a que están perfectamente adaptados a los suelos semidesérticos e inhóspitos de las Islas. Se caracterizan por ser “vivaces, enérgicos y resistentes a las privaciones, han reportado, desde siempre, útiles servicios a la población isleña”. El colectivo subraya que, “en 1450, la raza se introduce en Fuerteventura a través de los conquistadores” y añade que “en sus incursiones al continente africano fueron trayendo animales del noroeste de esta región”.

Más de 10.000 firmas

Una iniciativa para salvar la especie del burro majorero ha recogido en apenas unos meses más de 10.700 firmas a través de una plataforma en la Red. La campaña hace hincapié en que en el sur de Fuerteventura, en Jandía y Cofete, existen ejemplares “completamente abandonados y que sufren un maltrato de forma constante”. “Viven libres pero sin ningún tipo de medidas” de protección, cruzan “carreteras muy transitadas” y “sobreviven gracias a la ayuda de vecinos que les proporcionan comida y a lo que encuentran en la basura”.

La iniciativa alerta de los riesgos para la salud, atropellos y muertes por olas de calor. Por su parte, el grupo popular en el Cabildo de Fuerteventura ha conseguido 10.000 euros que permitirían elaborar un censo del burro majorero que vive en estado semisalvaje en Pájara.

Comentarios

Me emociono cuando en mi tierra se habla de algo que nos diferencia de las demás islas, recuerdo con mucha añoranza, cuando nos metíamos en las gavias a cegar, para luego llevar la sementera a la era y empezar a trillar la mies con burros y camellos. Cuando veo a personas luchando por lo nuestro los admiro y les doy fuerzas para que continúen con esta bonita labor. Enhorabuena y mil gracias por lo que hacen.
Cegando, cegando, nadie ve.

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