-El pasado mes de abril, usted anunció el inicio de la construcción de los nuevos juzgados en Puerto del Rosario en ocho meses. ¿A qué se debe el retraso en la tramitación?

-El proyecto estaba sujeto a la cesión del terreno por parte del Ayuntamiento de Puerto del Rosario, que finalmente se ha hecho efectiva a finales de año. Defensa presentó al Consistorio una iniciativa de urbanización de la parcela militar de El Charco y el propio PGO ya contempla el desarrollo de ese ámbito urbanístico. Esta operación se nos comunicó en enero y el pasado 20 de febrero la Consejería lanzó, a través del Diario Oficial de la UE, como es preceptivo, el concurso de ideas del anteproyecto del nuevo edificio de Juzgados. En estos momentos se está tramitando la cesión definitiva del terreno, un proceso que supervisamos puntualmente con el Ayuntamiento y esperamos licitar el concurso en un par de semanas. El presupuesto del proyecto asciende a 785.000 euros y el del concurso de ideas a unos 50.000 euros. La dirección de obra contempla, por su parte, 613.000 euros.

-¿Es partidario de insularizar el ámbito jurisdiccional de algunos juzgados de las dos Islas orientales?

-Sí. Llevamos más de un año negociando con el Consejo General del Poder Judicial y el Ministerio para que se ponga a magistrados al frente de estos Juzgados compartidos o, en todo caso, que sean magistrados los que ocupen las plazas actuales hasta que estén habilitados los nuevos Juzgados, cuya obra se prevé adjudicar a finales de este año o principios de 2019. Mientras tanto, el Ayuntamiento ha cedido locales de alquiler que albergarán los dos nuevos Juzgados previstos para la Isla, el séptimo de Primera instancia e instrucción y el número dos de lo Social.

-Otro proyecto que sufre retrasos es el enlace marítimo con Tarfaya (Marruecos).

-En este caso, se está esperando a que el puerto africano esté completamente operativo porque el de Puerto del Rosario ya ha realizado las obras que se requieren. Cuando el tema esté solucionado (las obras están muy avanzadas) podremos negociar con Marruecos la instalación de la línea. Hay varias navieras interesadas en operar con el barco previsto, un ‘ro-ro’ (roll-on-roll off), para transporte de cargamento pesado. Está Armas, Trasmediterránea y otra naviera marroquí, con capital español.

-¿Cómo afronta su partido, Coalición Canaria, la propuesta de modificación de la ley electoral de PP, PSOE y NC para aumentar en diez los escaños del Parlamento, argumentando una mejora de la representación poblacional?

-CC defenderá siempre el espíritu de la triple paridad que es proveer al Parlamento de equilibrio y solidaridad. Con el actual sistema, todas las formaciones de la Cámara tienen representación en los siete territorios. ¿A quién interesa cambiar este equilibrio? A las fuerzas políticas que pretenden gobernar el archipiélago sin implantación, solo con los votos de Gran Canaria y Tenerife. Sin embargo, y como curiosidad, diré que con el actual sistema, que por cierto no lo ha inventado Coalición, está en el Estatuto de Autonomía del año 82, quien más escaños ha conseguido, incluso con las barreras electorales que ahora rechaza, ha sido el PSOE, que llegó a tener 26 diputados en 2007. Así que no siempre ‘gana Coalición’. Si llevamos gobernando desde el 93 probablemente es porque somos más hábiles y tenemos más que dar en el diálogo, la capacidad de negociación y acuerdo con otros partidos. De todas formas, en el Consejo Político Nacional de CC nos hemos comprometido a estudiar las propuestas y valorar una posible alternativa, siempre dentro del espíritu de equilibrio y solidaridad.

-Sus compañeros en Coalición Canaria señalan en usted la capacidad de diálogo de la que habla. ¿Cree que ha aportado esa seña de identidad a su partido?

-Los compañeros me han reconocido siempre manteniéndome en cargos de responsabilidad, como portavoz parlamentario, secretario de organización o, ahora, secretario general del partido. Me alegra que se confíe en mí para llevar las riendas del partido que, por otra parte, no es una formación fácil de llevar, así que hay que recurrir al diálogo y el consenso. Siempre es mejor un mal acuerdo que un buen ‘arreglo’. Evito la confrontación con la otra parte, a no ser que se niegue el diálogo y se mantenga una postura inflexible.

-¿Cómo cree que ha cambiado la política con la llegada de las nuevas formaciones al arco parlamentario?

-Han entrado dos fuerzas nuevas que son producto de la indignación y la crisis económica. Yo creo que han llegado para quedarse, pero se tienen que asentar y consolidarse. En mi opinión, Ciudadanos se ha ido posicionando hasta estar ahora a la derecha del PP y Podemos está apostando por la radicalidad. Deben madurar e ir modulando sus propuestas, para convertirse en alternativa de futuro. Por otra parte, los partidos tradicionales están en reconversión, adaptándose a los nuevos tiempos, a las generaciones actuales que demandan otro diálogo y transparencia. Precisamente este tema nos preocupa mucho en el área. Ahora hay muchísima información, pero se necesita que llegue realmente al usuario. Que los portales de transparencia no los visiten diez personas. Hay que buscar fórmulas para interesar a la población por estos asuntos, que le interese conocer la gestión de su Cabildo, Ayuntamiento o Gobierno regional.

-¿Cómo valoran los sondeos que arrojan un descenso de votos a CC para las elecciones de 2019, sobre todo en Fuerteventura y Lanzarote?

-Son matemáticas. Hay que repartir los mismos votos entre más formaciones y, en el caso de las Islas orientales, prácticamente con el mismo número de escaños. Aún así, no podemos conformarnos y aspiramos a recibir el mayor apoyo de la ciudadanía a nuestro proyecto.

-¿Qué lectura hace de la evolución del partido en Fuerteventura, desde que se inició Asamblea Majorera?

-Los datos hablan por sí solos. Ha sido siempre la primera fuerza política de la Isla, a pesar del cambio radical del perfil poblacional de los últimos años, con casi la mitad de los trabajadores de fuera. Si ha conseguido mantener este lugar es por la sencilla razón de que ha sabido adaptarse a la realidad de cada momento, manteniendo siempre los principios del interés general de Fuerteventura y la mejora de la calidad de vida de la población.