Los proyectos de Asomasamen peligran si no consiguen dos nuevos vehículos
La Asociación Majorera por la Salud Mental surge en 2001 para cubrir las necesidades de las personas afectadas por algún tipo de dolencia mental, pero no es hasta 2006 con el cambio de directiva cuando empieza a trabajar en el taller de ocio y tiempo libre gracias a la colaboración de empresarios que les facilitan dos vehículos. Más tarde, en 2014 vino el taller ocupacional de horticultura.
Ahora se enfrenta a una difícil situación con motivo de que la flota de vehículos de la que dispone se ha quedado obsoleta y no cuentan con nuevos patrocinadores que les faciliten coches que permitan sacar adelante proyectos que tan buenos resultados están dando, como el de ocio y tiempo libre o el taller ocupacional de horticultura e incluso el de acompañamiento.
“Hay que trasladar a los usuarios de la Isla a centros para que acudan a estos talleres, por lo que haría falta dos nuevos vehículos”, explica desde la asociación su presidenta Paqui Armas. “Es que nos vemos que tenemos que cerrar estos proyectos”, añade la vocal Ana Trujillo, uno de ellos en Valles de Ortega donde han habilitado un huerto urbano en el que trabajan el fomento de las relaciones sociales y el trabajo en equipo.
Incluso temen que se vea afectado el proyecto de acompañamiento, cuya responsable necesita un medio para desplazarse a los hogares de los usuarios afectados y que por motivos de su dolencia no se encuentra con fuerzas para salir a la calle.
Este programa de acompañamiento integral y atención domiciliaria se desarrolla en el sur. Una monitora acude a las casas de las personas que no desean salir, situación que se agrava también por las condiciones geográficas de la Isla, que “les obliga a aislarse aún más”, comenta Adonay, el trabajador social.
Su objetivo, según explican en la asociación es “favorecer el desarrollo de la autonomía personal e integración en la comunidad, a través de apoyos integrales y propiciando la implicación de la persona en su recuperación”. Pero sin ese programa de acompañamiento se vería agravaba la situación, dado que las personas afectadas acaban acostumbrándose a ese tipo de vida sin posibilidad de superar la dolencia.
La importancia de la prevención es fundamental en estas enfermedades, comentan Paqui Armas y Ana Trujillo. Asomasamen habla de 2.000 personas afectadas con las que si no se trabaja de manera preventiva acabarán pasando a las categoría de “graves”, de los que ya suman unos 300 enfermos. En este sentido, explican que se trabaja desde el proyecto de ocio y tiempo libre, por ejemplo. “La sociedad no quiere mirar este tema con la amplitud con la que se habla de otras enfermedades”, enfatiza Ana.
“Muchas enfermedades mentales se desarrollan en la adolescencia”, señalan los miembros de la asociación que proponen que desde las aulas se actúe contra esta lacra con personal especializado y luchar contra el acoso escolar
En su hogar sufrió esta dolencia por la situación de su hijo. “Es muy complicado porque no sabes qué es lo que tiene tu hijo. No hay medicación, no sabes dónde acudir y cuando acudes no hay una respuesta clara, hasta que los síntomas son más fuertes que no se dan cuentan de que existe un trastorno, pero al no comprender qué es lo que estaba pasando no se puso solución para superarlo”. El familiar padece también la enfermedad. “Si el enfermo no duerme, tú tampoco”, dice Ana. De esta forma, todos los familiares siguen acompañando estas dolencias que se sufren en silencio.
“Muchas enfermedades mentales se desarrollan en la adolescencia”, señalan los miembros de la asociación que proponen que desde las aulas se actúe contra esta lacra con personal especializado, tales como psicólogos, y luchar contra el acoso escolar. Comentan las dificultades de enfrentarse al cambio de ciclo escolar para estos jóvenes sobre los que habría que actuar en primera instancia a fin de evitar que avance la enfermedad. También hay que tener en cuenta las patologías duales, surgidas a raíz de las adicciones, drogas, videojuegos o móvil a las que sucumben cada vez más jóvenes.
Piden viviendas sociales
Desde la Asociación animan a los empresarios a realizar patrocinios para respaldar sus programas y recuerdan que el año pasado tuvieron que trasladar la vivienda supervisada de Puerto del Rosario a Gran Tarajal en la que tres usuarios aprenden de nuevo a incorporarse a la sociedad como paso previo para salir a la calle y afrontar el reto de una vida plena. Si bien el hándicap de la vivienda vuelve a ser un problema. Por ello, solicitan viviendas a bajo coste para este tipo de personas, que por su condición se reincorporan al mercado laboral con contratos en horario reducido y que no pueden hacer frente a los precios actuales del alquiler.
De lo contrario, de poco habrá servido el trabajo realizado por la asociación en esta vivienda donde se ofrece de forma temporal o indefinida alojamiento y apoyo a la integración hasta conseguir “una estabilidad social, laboral, económica y personal que les permita el desarrollo de una vida autónoma” evitando así procesos de exclusión social.
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