La procuradora de Francisco Cases presenta un escrito “no aviniéndose” a la petición de rehabilitación de una asociación
El obispo de Canarias tendrá que responder ante el juez por el abandono de una edificación modernista en Lanzarote
La procuradora de Francisco Cases presenta un escrito “no aviniéndose” a la petición de rehabilitación de una asociación
El acto de conciliación celebrado este jueves en el Juzgado número 11 de Las Palmas de Gran Canaria entre la asociación Majadas de Mina y el Obispado de Canarias, a fin de que la Iglesia se hiciera cargo de la recuperación de la casa de Luis Ramírez en Famara, ha resultado infructuoso.
La procuradora del obispo de Canarias, Francisco Cases Andreu, presentó un escrito “no aviniéndose a la demanda”, según se especifica en el acta judicial.
El presidente de Majadas de Mina, cuyo objeto es velar por la memoria y la obra de Ramírez, Silvano Corujo, indicó, tras el acto de conciliación, que la asociación “procederá de manera inmediata” a demandar al Obispado, “a fin de que acate la voluntad expresada por Luis Ramírez González en su testamento”, donde legó la propiedad del único edificio modernista de la Isla a la Iglesia, bajo la condición de que se mantuviera en buen estado.
En el testamento se especifica que “si por algún concepto o abandono de sus dueños, dicho Hotel tendiese a derruirse, pasará íntegro y con cuanto le es anexo y perteneciente al Hospital de Dolores, para que se haga con él lo que se crea conveniente”.
La asociación interpreta que, dado que en Hospital de Dolores es el actual Hospital Insular, dependiente del Cabildo, el llamado Hotelito debe pasar a la institución insular “para que éste actúe en consecuencia”, lo que se pedirá por vía judicial, a través de la pertinente demanda al Obispado.
Silvano Corujo indicó, asimismo, que durante el acto de conciliación “se pudo comprobar el nulo interés del Obispado en estudiar la propuesta de rehabilitación del edificio, ya que el escrito que ha presentado la procuradora que representaba al obispo Francisco Cases no aviniéndose a la demanda tiene fecha del 24 de septiembre”.
El testamento de Ramírez, dictado en 1935 y materializado, en septiembre 1954, por los correspondientes albaceas, estipula en su cláusula novena que el referido Hotelito sea conservado en buen estado, “ya que en él ha puesto todo o más de lo que era dable dotarlo”.
El Hotelito de Famara “está considerado por los entendidos como una joya arquitectónica única de la isla de Lanzarote, un emblemático edificio de estilo modernista, capricho de un hombre que adoraba el arte e implementado por dos exquisitos maestros albañiles de la Isla, que hoy se derrumba, y se cae a pedazos, suponiendo un peligro grave para los colindantes, los vecinos y los viandantes”, explican desde la asociación que cuida el legado de Ramírez.
“Es lo triste y cierto, que, una vez adquirida la posesión del referido Hotelito descrito por parte del Obispado de Canarias, nunca recibió de éste los necesarios cuidados, por lo que, en la actualidad, su estado manifiesta el grave deterioro producido por la lógica agresividad del clima y el tiempo y, lo que es lo peor, por la contrastada desidia de su propietario, el Obispado de Canarias, que no ha puesto de su parte lo que era dable y comprometido, una dejadez crónica que se ha traducido en las consecuentes denuncias y justas alarmas, por particulares o por asociaciones vecinales”, se explicaba en el escrito de solicitud que se llevó este jueves al acto de conciliación.
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