La Fiscalía rebaja de cuatro años de prisión a una multa por imprudencia la petición de pena para la sargento del Seprona, que puso en conocimiento de sus superiores la información acerca del posible chivatazo a los furtivos
Tres testigos, incluido el dueño de Alegranza, confirman en el juicio a Moreno que había un chivato en la Guardia Civil
La Fiscalía rebaja de cuatro años de prisión a una multa por imprudencia la petición de pena para la sargento del Seprona, que puso en conocimiento de sus superiores la información acerca del posible chivatazo a los furtivos
Hasta tres testigos del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Las Palmas contra la sargento del Seprona de Lanzarote, Gloria Moreno, por una supuesta falsedad en documento oficial por advertir a sus superiores de un posible chivatazo a los cazadores furtivos de pardelas, han admitido tener conocimiento de que había un chivato en la Guardia Civil que advertía de las posibles intervenciones.
Por un lado, el propietario de Alegranza, Enrique Jordán, y el periodista Sergio Calleja, han ratificado que es cierto el contenido de la grabación de una conversación entre ambos en la que el primero decía que, cuando tenían amistad con Fernando González Berriel, condenado junto a su hermano Juan Carlos por la caza ilegal de pardelas, y éste se encontraba en su casa de Alegranza, le llamó el agente Miguel Ángel Padial. Jordán decía: “Yo sé que Miguel Ángel Padial es un chivato de esta historia mil por mil desde que vino a Lanzarote”.
Otro testigo que ha declarado ha sido el técnico de campo del CSIC Juan Jesús Moreno, que pasa temporadas en Alegranza, donde estudia el halcón de Eleonora, y ha reconocido que era vox populi en la Isla que era la propia Guardia Civil la que avisaba a los cazadores furtivos y que escuchó una conversación en la que se decía que el informante era “Miguelillo”, que podría hacer referencia a Miguel Ángel Padial.
Moreno sí ha negado ante el tribunal que comunicara de forma precisa a la sargento que el guardia Padial informara a Juan Carlos González Berriel de una inspección contra la caza ilegal de pardelas que el Seprona iba a desarrollar allí.
Por otra parte, según informa Efe, la Fiscalía ha planteado este lunes en la primera sesión del juicio rebajar la petición de pena. Así, ha pasado de pedir cuatro años de prisión por un presunto delito de falsedad en documento oficial en su escrito de calificación provisional a señalar que la sargento del Seprona simplemente pudo incurrir en "una falsedad por imprudencia grave".
Hasta la celebración del juicio, la fiscal Ramona Muñoz pedía la citada pena de cuatro años de cárcel contra la sargento Moreno, porque sostenía que había acusado a su subordinado de filtrar información a los furtivos "a sabiendas" de que no era así, pero en la primera jornada del juicio la Fiscalía ha planteado una calificación alternativa que podría saldarse sin penas de prisión, sino con 4.320 euros de multa y un año de suspensión.
La acusación pública argumenta que si la Audiencia de Las Palmas entiende que la jefa del Seprona en Lanzarote no cometió el delito de falsedad en su modalidad más grave, sí debe castigarla por no haber realizado ninguna comprobación sobre las sospechas que tenía respecto a su subordinado y por no haber aportado datos objetivos para el esclarecimiento de las mismas.
No obstante, en la comunicación que la sargento dirige a su superior para ponerle en conocimiento de lo que le han trasladado acerca de las supuestas filtraciones de los operativos del Seprona, Moreno reseña que preguntó al agente Padial si era cierto que había llamado a González Berriel y precisa que el guardia civil negó que le hubiera avisado.
El guardia señalado como chivato de los furtivos por Moreno, Miguel Ángel Padial, que ejerce en esta causa la acusación particular para "limpiar su nombre", según ha dicho ante el tribunal, ha asegurado que nunca ha alertado a nadie de las inspecciones realizadas por el Seprona en Alegranza y ha manifestado que hasta que se enteró que estaban siendo investigado por la Policía Judicial del cuerpo no había tenido ningún problema ni enemistad con ella.
González Berriel, condenado por la caza de pardelas.
El capitán del Seprona en la provincia Las Palmas, Germán García, ha testificado que, aunque Moreno era su subordinada en noviembre de 2015, cuando redactó el oficio acerca de las presuntas filtraciones, no le remitió el escrito, sino que lo elevó a la Comandancia, desde donde le llamaron para que prestara declaración.
García ha dicho que al poco de llegar a Lanzarote, la sargento comenzó a transmitirle una "desconfianza irracional" sobre el personal y más concretamente sobre Padial, sobre quien le hacía "comentarios vagos". Las acusaciones sobre el guardia Padial se concretaron el 18 de noviembre de 2015, cuando la sargento comunicó al capitán que quería "detener por corrupción" a su subordinado y que tenía un "testigo" que avalaba su acusación.
El capitán advirtió a Moreno de que esa era una cuestión que tenía que resolver la Policía Judicial, por lo que puso los hechos en conocimiento del coronel Ricardo Arranz, entonces jefe de la Guarcia Civil en la provincia de Las Palmas. El capitán Germán García ha manifestado que la sargento incumplió una orden al redactar el 20 de noviembre el oficio en el que menciona a Padial. "No hizo caso y no era la primera vez que no hacía caso". Arranz ha añadido que fue el 3 de diciembre de 2015 cuando ordenó a la Policía Judicial que comenzara a investigar los hechos denunciados por Moreno.
El juicio continuará este miércoles con el resto de las pruebas propuestas por las acusaciones y defensas y el interrogatorio de la sargento del Seprona, que hablará en último lugar.
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1 Pepeillo Mar, 22/10/2019 - 17:10
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