El Hotel Son Bou, en Playa Blanca tiene su licencia anulada desde al año 2005 por infringir tanto las normativas urbanísticas como por incumplir los requisitos para poder obtener esa licencia. Desde entonces, como tantos otros hoteles en la misma situación, sigue abierto al público. En 2014 se aprobó el Plan General de Yaiza que incluía la posibilidad de que algunos establecimientos se acogieran a incentivos para ampliar esa edificabilidad si el aumento se destinaba a zonas comunes y no a habitaciones. 

El hotel, propiedad de Juan Francisco Rosa, presentó un proyecto de demolición parcial de algunas zonas para acogerse a ese aumento de edificabilidad. En 2016, el Ayuntamiento de Yaiza le deniega esa licencia y la posibilidad de legalización, así que el hotel recurre de nuevo a los tribunales esa decisión. Acaba de perder otra vez porque un Juzgado de lo contencioso administrativo no le da la razón, aunque puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias para intentar evitar la demolición completa del edificio. 

El hotel no se puede legalizar porque el proyecto que presenta no se ajusta a la determinaciones del Plan General. Se excede de la edificabilidad permitida en más de 6.000 metros cuadros, de algo más de 3.000 metros a más de 9.000. No se puede acoger a los incentivos porque solo son para hoteles con licencia en vigor, y el Hotel Son Bou no la tiene. Tampoco tiene autorización turística previa, que es necesaria para poder acceder a esos incentivos. La defensa del hotel sostiene que no le es exigible.

Lo que dice la sentencia, del pasado 30 de octubre es que para acogerse a los incentivos necesita tener la autorización turística previa y legalizase primero, y no al revés, es decir, que no se puede acoger a los incentivos para legalizarse sino que debe ser legal para acogerse a los incentivos. En cualquier caso, aunque se pudiera acoger a esos incentivos, lo máximo que se le podría aplicar en esa parcela es de 1.500 metros más y necesita 6.000.