Según los datos que maneja el colectivo Caminando Fronteras, que sigue recibiendo llamadas de las familias
Cuatro pateras con 117 personas se han perdido rumbo a Canarias en dos meses
Según los datos que maneja el colectivo Caminando Fronteras, que sigue recibiendo llamadas de las familias
Cuatro pateras con unas 117 personas a bordo pueden haber desaparecido en los dos últimos meses en la ruta hacia Canarias, según los datos que maneja el colectivo Caminando Fronteras, que sigue recibiendo llamadas de las familias de sus ocupantes, angustiadas por la falta de noticias.
El dato es difícil de corroborar con fuentes oficiales, porque por la propia naturaleza del fenómeno de la inmigración irregular, no existe un registro de las pateras o cayucos que salen rumbo a Canarias desde Marruecos, el Sahara, Mauritania, Senegal o incluso más al sur, sino solo de las que son interceptadas en esos países y, sobre todo, de las que llegan o son socorridas por España.
De hecho, en estos momentos Salvamento Marítimo no tiene abierta ninguna operación de búsqueda en la vasta zona del océano Atlántico que cubren sus patrulleras y aviones con sede en Canarias, según ha confirmado a Efe un portavoz de este servicio del Estado. Tampoco a la Guardia Civil de Canarias le consta ninguna búsqueda en marcha.
Sin embargo, la salida de pateras, cayucos o neumáticas no cesa. Solo en enero, llegaron a Canarias 708 inmigrantes irregulares a bordo de 23 embarcaciones. Y ayer mismo, lunes, arribaron otros 79 a Lanzarote y Fuerteventura, 68 de ellos hacinados en una lancha neumática que había partido la madrugada previa desde el Sahara.
Los datos más cercanos que existen a las pateras que faltan proceden de las ONG, en particular de Caminando Fronteras, colectivo que lleva años recibiendo llamadas de los propios migrantes y sus familias que luego traslada a las autoridades españoles.
Generalmente, comunica salidas desde las costas de África a España; otras, llamadas de socorro hechas desde el mar por las personas que van a bordo de esas barcas (como los 35 inmigrantes que el pasado día 28 pidieron auxilio porque su lancha se hundía en mitad del mar, sin saber dónde se encontraban) y, de vez en cuando, alertas sobre embarcaciones que ya deberían haber llegado a tierra.
Su actividad se centraba en los últimos años en estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán, pero cada vez son más los avisos que recibe sobre Canarias, porque las rutas migratorias han girado hace tiempo ya hacia las islas, en viajes cada vez más peligrosos.
Esta ONG ha detallado a Efe que en estos momentos sigue pendiente del destino de casi 120 personas que salieron entre diciembre y enero a bordo de cuatro pateras hacia Canarias, de las que nada se sabe. La primera partió el 9 de diciembre con 23 personas; la segunda, el 18, con entre 26 y 27 ocupantes; la tercera, entre el día 25 y el 27 con 40 personas más; y la cuarta y última, zarpó el 25 de enero de Dajla (Sahara Occidental) con 28 personas.
Ese día, según su información, salieron de madrugada cuatro barcas hacia Canarias casi a la vez. Los ocupantes de tres de ellas fueron rescatados por la Marina marroquí, mientras que de las 28 personas que iban en la otra nada se sabe... Y sus familias llaman a diario.
Uno de los parientes desesperados por la falta de noticias es un chico cuyos dos hermanos mayores se subieron a la patera perdida del 25 de enero. "La última vez que nos llamó", relata por teléfono Helena Maleno, miembro de esta ONG, "me decía: Es que ya no quiero ni preguntar, porque sé que me vas a decir que no. No te voy a preguntar para que no me digas que aún no han llegado".
Caminando Fronteras aún mantiene la esperanza de que los ocupantes de esa patera sean localizados, aunque reconoce que es difícil, porque llevarían a estas alturas ya once días en el mar.
La zódiac con 68 personas a la que Salvamento socorrió ayer, lunes, a 20 kilómetros de Fuerteventura apenas tardó doce horas en cubrir la distancia que separa la isla del puerto de El Aaiún, aunque en su caso estaba mucho más cerca (de la capital del Sahara a Fuertenventura median unos 120 kilómetros de mar; de Dajla, la antigua Villa Cisneros, al sur de Gran Canaria hay 450 kilómetros).
"Cada vez nos llaman más familiares, cada vez más nerviosos, porque los días pasan y no se tienen noticias de ellos", explica aleno. Desde hace ya dos semanas, siempre que salta la noticia que se avista una patera en Canarias, recibe la misma pregunta: ¿Son los 28 que partieron en enero desde Dajla? De momento, no.
En lo que va de año, tres personas han muerto ya en la ruta marítima hacia Canarias: un hombre en una patera en el sur de Gran Canaria, una niña que falleció en Dajla tras volcar una barca, cuyos ocupantes fueron rescatados por pescadores de la zona y la Marina Marroquí, y un bebé que nació y murió en una patera a la deriva durante días que fue localizada ya cerca de Lanzarote.
"Esperemos que esto no siga así. La de Canarias es una ruta muy complicada. Los riesgos que toman los migrantes son muy grandes. Subirse a una neumática con 68 personas, como la zódiac que llegó ayer a Fuerteventura, comporta un riesgo enorme. Las neumáticas no son como las pateras de madera. Están empezando a usarse las embarcaciones que veíamos en Alborán, pero esta ruta es mucho más complicada. Es algo que nos da bastante miedo", confiesa Maleno.
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