Numerosos pasajeros de vuelos que tenían que salir este fin de semana desde los aeropuertos canarios hacia la Península han visto cómo se cancelaban las conexiones en plena crisis por la propagación del coronavirus y el estado de alarma dictado por el Gobierno central, y reclaman que se les reubique lo antes posible en otros vuelos.

Los problemas se recrudecen en el caso de turistas que han visitado las Islas mediante viajes del Imserso, cuya evacuación está resultando caótica. Manuel Miguélez es asturiano, tiene 67 años y el sábado por la tarde vio cómo se cancelaba el vuelo directo desde Lanzarote a Oviedo en la compañía Vueling que pensaba coger para regresar a su lugar de residencia. “Nos han dejado tirados teniendo los billetes”, critica.

Manuel es diabético, el lunes se queda sin medicación y además debe cuidar a su suegra, de 91 años. “Después de cuatro horas en la cola, con intervención de la Guardia Civil porque aquello era un caos, los unos contra los otros en la fila, se suspende el vuelo y nos dicen que nos busquemos la vida, que nos dan vuelo para el sábado que viene, sin saber si lo habrá”, afirma.

“No tengo insulina, llamé a un centro de salud y no me atendieron, y el lunes tengo que ir a otro”, asegura Manuel, que recalca que se trata de una persona con un elevado “factor de riesgo” por su salud. En su situación conoce “más gente de Oviedo, de Málaga y de otros sitios”.

Manuel llegó a Canarias el domingo 8 de marzo. Su destino fue Fuerteventura, donde reside un hijo suyo. Ante las “noticias” de los últimos días y las informaciones que le llegaban de personal de la propia compañía aérea, decide desplazarse a Lanzarote tras adquirir un billete en un vuelo directo que le llevaría a Oviedo.

A los inconvenientes económicos –el coste del desplazamiento a Lanzarote, la adquisición de un nuevo billete y ahora el alojamiento en un complejo turístico en Matagorda- se unen sus circunstancias de salud y las dificultades por las que atraviesan familiares de avanzada edad a su cargo.

“Es una vergüenza lo que ha hecho la aerolínea y la falta de respuesta del Gobierno”, critica Manuel, quien destaca que desde Matagorda se ven “aterrizar continuamente aviones de aerolíneas británicas” mientras que para los turistas nacionales no se hayan articulado medidas de urgencia para que pudieran regresar a sus lugares de origen. “Esto es gravísimo y se le ha escapado de las manos”, considera.

Cancelaciones, este sábado, en el aeropuerto de Lanzarote.

En una situación parecida se encuentra Francisco Reyes, igualmente viajero del Imserso “tirado” en el aeropuerto de Fuerteventura. Procedente de Málaga, su grupo debería haber salido a primera hora de la mañana del domingo, también en Vueling, pero el vuelo se canceló.

La alternativa que les dan es un vuelo de Fuerteventura a Barcelona este domingo por la tarde y luego una conexión a Málaga, que no creen que, en el mejor de los casos, pueda materializarse hasta el lunes. “Nos están toreando de mala manera”, se queja Francisco, quien asegura que no han recibido información ni del Imserso ni de la aerolínea.

El principal temor del grupo de viajeros en el que se encuentra Francisco es que una vez en Barcelona no puedan “salir” de la capital catalana o que aumente su exposición al coronavirus en una comunidad autónoma con más de 700 positivos confirmados este domingo y por el tránsito por espacios con un elevado número de personas sin medidas de protección.

“Somos personas que, en las actuales circunstancias, debemos ser consideradas de alto riesgo por nuestra edad y nuestros problemas de salud”, explica Francisco, también diabético al igual que Manuel. “Si lo hubiéramos sabido, no hubiésemos salido de nuestras casas”, sentencia.