Antoine y Mikaël compraron un velero con sus ahorros y se decidieron a navegar por el Atlántico tras terminar sus estudios y la pandemia de coronavirus les cogió en aguas canarias
De cuarentena en un velero a 50 metros del islote de Lobos
Antoine y Mikaël compraron un velero con sus ahorros y se decidieron a navegar por el Atlántico tras terminar sus estudios y la pandemia de coronavirus les cogió en aguas canarias
Antoine y Mikaël terminaron los estudios de Ingeniería en Francia en septiembre. Antes de empezar a trabajar, decidieron navegar por el Atlántico en velero con rumbo a Cabo Verde y Senegal, pero el coronavirus se interpuso en sus planes y, desde entonces, permanecen fondeados en el islote de Lobos, frente a la costa del norte de Fuerteventura.
Estos dos jóvenes viven en Bretaña, al lado de la ciudad de Vannes, y tienen entre sus aficiones viajar por el extranjero en busca de nuevos destinos. Es la primera vez que lo hacen en velero, pero tienen experiencia marinera en las aguas de Bretaña.
En conversación con Efe a través de correo electrónico explican que, tras terminar los estudios, eligieron "no empezar a trabajar de inmediato". "Consideramos que estos son los mejores años para viajar, así que compramos un velero con nuestros ahorros y decidimos navegar por el Atlántico", aseguran.
De momento, no se plantean regresar al país galo: "aquí hay mejor clima que en Francia"
A finales de enero, hicieron las maletas, largaron velas y se echaron al mar rumbo a Cabo Verde y Senegal. Las primeras paradas en la ruta fueron Gijón, Cabo Finisterre y Vigo, luego navegaron hacia Lanzarote.
El 16 de marzo llegaron a la isla canaria, pero España llevaba ya dos días de confinamiento después de que el Gobierno decretase el estado de alarma ante el avance de los contagios por el coronavirus Covid-1.
Cuentan que, antes del coronavirus, querían visitar Cabo Verde y Senegal y luego navegar hacia Brasil, pero ahora todos sus proyectos "están en pausa". Sin embargo, de momento, no se plantean regresar al país galo: "aquí hay mejor clima que en Francia".
El pasado fin de semana su historia llegó a los medios de comunicación a través de un comunicado de la Guardia Civil en el que informaba que había proveído de víveres a los dos jóvenes que se encontraban fondeados en un velero en la isla de Lobos.
Aclaran que tienen "suficiente comida y agua para otras dos semanas", porque en algunos artículos han leído que se están quedando sin agua". No es así, aseguran, "nunca nos ha faltado nada".
Llevan semanas sin pisar tierra, pero el confinamiento, a unos 50 metros del islote de Lobos, declarado Parque Natural, se les está haciendo llevadero.
La cuarentena la aprovechan para practicar la pesca. Aunque confiesan que nunca han destacado por sus habilidades como pescadores, ahora tienen muchas horas libres y pasan "mucho tiempo probando nuevos métodos para ser mejores".
No saben hasta cuándo permanecerán fondeados cerca de Lobos, "pero seguramente será hasta el final del confinamiento".
"Estamos esperando para ver la evolución de la propagación del coronavirus en el mundo, no queremos correr ningún riesgo", aclaran.
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