El mes de mayo es clave para visualizar el futuro inminente del sector del que depende forma directa la mitad de la economía de Lanzarote y Fuerteventura, cuando surgen voces que apuestan por un cambio de modelo productivo que reduzca la dependencia del turismo
Claves para entender el incierto panorama del turismo en las Islas
El mes de mayo es clave para visualizar el futuro inminente del sector del que depende forma directa la mitad de la economía de Lanzarote y Fuerteventura, cuando surgen voces que apuestan por un cambio de modelo productivo que reduzca la dependencia del turismo
LO INMEDIATO. El turismo es un puzle compuesto por muchas piezas, pero una de las principales es el transporte. En el caso de las Islas, sin aviones no hay turistas. Que haya vuelos tampoco garantiza que lleguen visitantes, pero sin las conexiones resulta imposible. La crisis del coronavirus que se desató en marzo ha cerrado, en la práctica, el espacio aéreo de los países europeos. ¿Cómo serán los vuelos en este nuevo escenario? Todavía no está claro. El 13 de mayo está previsto que la Comisión Europea establezca las normas sanitarias que se deberán cumplir para reactivar las operaciones aéreas.
Por ahora han surgido diversas opciones. La principal, sugerida por la IATA, la asociación internacional de transporte aéreo, pasaría por que fuese obligatorio el uso de mascarillas tanto para la tripulación como para los pasajeros. También plantea otras medidas como el control de temperatura, limitar el contacto entre pasajeros y tripulación o los movimientos durante el vuelo. Una medida, que también se ha lanzado al debate, es la de dejar un asiento vacío entre pasajeros. La aerolínea irlandesa Ryanair la ha tachado de “absurda” y ya ha advertido de que, si esa plaza no está subvencionada, sus aviones no despegarán. [Este martes, Ryanair ha anunciado que operará a partir de julio el 40% de sus vuelos, unos 1.000 trayectos desde la mayoría de sus 80 bases de operaciones europeas, con menos frecuencia que antes].
LAS PRESIONES. El turismo genera el 10 por ciento del Producto Interior Bruto de la Unión Europea y el 12 por ciento de los empleos. Hay presiones de los países turísticos del sur (España, Grecia o Italia) para que se retome la actividad, pero también de los grandes operadores del sector, que están en una encrucijada económica. Alemania ha rescatado con 1.800 millones de euros a TUI, planea quedarse con el 25% de Lufthansa tras un rescate de 9.000 millones y ha autorizado un préstamo puente de 380 millones a Condor. Una inyección económica abultada que, si no se retoman los vuelos y la actividad turística, puede terminar no sirviendo para nada.
En las últimas semanas se ha popularizado en el sector turístico un concepto, el de “corredores” entre regiones europeas, de tal manera que desde los países emisores se pueda volar hacia los destinos vacacionales. Otro planteamiento que también se ha lanzado desde el ámbito empresarial es “desafectar” o “desligar” a Canarias de la “marca España”.
LAS PERSPECTIVAS. Desde el 11 de mayo, coincidiendo con la Fase 1 del Plan de desescalada del Gobierno central, en teoría pueden abrir los hoteles y establecimientos alojativos. En el sector está claro que muy pocos lo harán. La cadena Barceló ya ha confirmado que no ve posible hacerlo hasta que se llegue hasta la denominada “nueva normalidad”, que según las previsiones gubernamentales coincidiría con el mes de julio.
Por ahora, en la Fase 1, solo estaría permitido alojarse en los hoteles a residentes de la provincia en la que estén ubicados. “Los hoteles de Lanzarote y Fuerteventura no van a abrir para cuatro canarios y, en unas semanas, cuatro nacionales”, señala una fuente del sector.
No obstante, hay compañías que están anunciando la vuelta a la actividad: Jet2 tiene disponibles vuelos desde el 17 de junio a las Islas orientales. “Un plazo muy optimista, tanto que probablemente no se ajuste a la realidad”, señala un experto consultado por este periódico. Entre las cadenas hoteleras, Lopesan tiene ofertas en sus establecimientos en Fuerteventura desde el 1 de julio, Beatriz Hoteles en Lanzarote desde el 16 de junio…
Con todo, el Instituto Canario de Estadística (Istac) ha elaborado un estudio en el que simula varios escenarios de comportamiento del sector turístico en los próximos meses de 2020. La conclusión es que no se recuperará “ni un millón de turistas en lo que queda de año”. El escenario optimista apunta a agosto como mes en el que volverían a llegar visitantes. Aun así, considera que, en el mejor de los casos, en nueve meses llegarían los mismos turistas que en un mes del año pasado.
LA ESTRATEGIA. “No devaluar precios y hacer hincapié en los valores que tenemos”. Esa es la estrategia que habría que seguir, según señala el consejero delegado de la Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote, Héctor Fernández. Dentro de la mala situación del sector, “Canarias va a ser una plataforma turística muy valorada, más en invierno, porque ofrecemos las motivaciones para elegir las vacaciones del futuro, como la seguridad sanitaria, la sostenibilidad, los productos kilómetro cero... sería absurdo entrar en una guerra de precios y un error gravísimo”, añade. Para Fernández, las Islas parten con ventaja cuando se vuelva a poner en marcha el turismo frente a otros destinos competidores, como Turquía, Egipto, Túnez o Marruecos.
EL FUTURO. Más allá de la crisis puntual provocada por la pandemia del coronavirus, hay visiones que ponen en tela de juicio el modelo económico de las Islas basado en el turismo como un “monocultivo”. Dice el economista Antonio González Viéitez que el “turismo barato y de masas” que se empezó a implantar en Canarias desde los años 60 del pasado siglo ha llegado a un “fin de ciclo”. El modelo, señala en un artículo, se ha basado en la “tremenda movilidad de millones y millones de personas y, como sabemos, la movilidad sobre todo aérea está puesta sobre aviso”.
González Viéitez, miembro del gabinete científico de la Reserva de Biosfera de Lanzarote, incide en que “nuestro modelo de turismo barato no tiene futuro, al menos inmediato, porque el mes de vacaciones troceado en varios viajes más cortos es insostenible en la actualidad”. “Por todo ello”, recalca, “es necesario decrecer”. Se abre el debate.
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