“El hecho de que exista una fuente es la demostración de que hay un acuífero”, asegura el experto Carlos Soler
El descubridor del acuífero de Timanfaya señala que Stratvs supone un riesgo de contaminación de las aguas subterráneas
“El hecho de que exista una fuente es la demostración de que hay un acuífero”, asegura el experto Carlos Soler
El descubridor del acuífero de Timanfaya, Carlos Soler, declaró este martes en la vista oral del caso Stratvs como perito a petición de la acusación popular ejercida por Transparencia Urbanística.
Este ingeniero, que fue Jefe de Planificación, Estudios e Hidrología de la Dirección General de aguas del Gobierno de Canarias, señaló que Timanfaya tendría que pasar a ser la reserva hídrica de la Isla y no debería contaminarse por lixiviados.
Aseguró que debería evitarse la contaminación con una red de saneamiento y depuradoras y dijo que en La Geria hay riesgo de contaminación de las aguas subterráneas y que habría que valorar la cantidad y la mala calidad de los vertidos.
Los estudios realizados por Soler sobre aljibes y nacientes encargados por el Consorcio insular de aguas, tras la aprobación por unanimidad en el Parlamento de Canarias, se han incorporado al caso Stratvs. Quedan por hacer los estudios geofísicos y los sondeos para determinar la calidad del agua y su profundidad.
Soler señaló que el Barranco del Obispo dejó de correr después de las erupciones del Siglo XVIII pero el agua se infiltra y corre por debajo y que en esa zona hay dos fuentes en uso de las 91 que han localizado en la Isla. “El hecho de que exista una fuente es la demostración de que hay un acuífero”, aseguró.
Según Soler, hay dos acuíferos, uno en Timanfaya y otro en el Volcán de la Corona, porque son las zonas de malpaís, que son permeables. Dijo que no se sabe la profundidad pero que el cálculo no es una especulación.
“Llevo diciendo esto del acuífero de Timanfaya desde 1990 incluso a dos directores generales de aguas del Gobierno de Canarias que eran de Lanzarote”, aseguró.
Cuestionó los resultados del laboratorio Biolab sobre las aguas que vertía la bodega porque hay que hacer un análisis con igual cantidad de aniones que de cationes y debe ser igual esa cantidad o que no sobrepase el cinco por ciento de diferencia.
“En cuarenta años de trabajo nunca había visto análisis que superaran el veinte y algunos hasta el cincuenta por ciento”, aseguró.
Por contra, la defensa de Juan Francisco Rosa presentó un informe pericial de Miguel Caballero, espeleólogo y “técnico de senderos”, que declaró que los recursos hídricos en esa zona son prácticamente inexistentes y que no hay ni pozos ni acuíferos. Según Caballero, los aljibes se dejaron de usar en 1965, cuando llegó la primera desaladora que “se trajo de Cuba”.
Otras declaraciones
También declaró el perito agrícola Leandro Caraballo sobre el trasplante de unas palmeras junto a Stratvs. Caraballo tramitó la calificación territorial de la ampliación de la bodega, que sin embargo no se llegó a ejecutar.
Delia López.
Delia López, la asesora jurídica del Ayuntamiento de Yaiza, declaró sobre los expedientes abiertos a la bodega, la tienda y el restaurante, y José Luis Ferreira, que hizo un informe sobre la vivienda donde se aloja hoy la tienda, dijo que estaba ruinoso el setenta por ciento del inmueble y que la casa no tenía valor etnográfico.
La Fiscalía sostiene que si no se podía recupera la vivienda, eso debía quedar reflejado en un proyecto técnico que se tiene que presentar ante la Administración. El ingeniero de minas Antonio Merino declaró sobre el material extraído para hacer la bodega y dijo que se extrajo la mitad de la cantidad de picón que asegura la Agencia de protección del medio urbano y natural.
El arquitecto Ángel García Puertas dijo en el juicio que conoció a Rosa en 2014 y que hasta entonces, a pesar de haber hecho 700 proyectos, nunca había trabajado para este empresario. Sin embargo, desde ese año, tiene cuatro proyectos en marcha con él, entre ellos los de legalización del Hotel Princesa Yaiza y del Hotel Son Bou.
Según García Puertas, excepto la tienda, todo el complejo está bajo rasante y no computa, ni las terrazas ni las pérgolas ni el restaurante. “De la misma manera que se aprobaron 900 metros cuadrados bajo rasante se podían haber aprobado 13.000”, señaló. “La bodega era perfectamente autorizable”, dijo.
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