Rafael Gómez es inspector jefe de la Brigada Local de la Policía Judicial de la Comisaría de Puerto del Rosario. Tomó posesión en junio de 2017 aunque ya fue inspector en la Isla hace 20 años. Entre sus funciones está la de coordinar al equipo de estupefacientes. Asegura que el tráfico de droga, en comparación con hace dos décadas, ha disminuido y hoy no es “a efectos de delincuencia, un problema”.

-¿Ha habido un cambio de tendencia en el consumo de drogas en la Isla en los últimos tiempos?

-Yo fui inspector en la Isla hace 20 años y el tema de tráfico y consumo de drogas era bastante grave. Sobre todo en la zona de Playa Blanca, donde había unos apartamentos en ruinas. Allí, había un montón de tráfico, sobre todo de heroína. Cuando eso se derribó muchos se vinieron a Puerto del Rosario. A los vecinos, que estaban acostumbrados a que ese problema estuviera alejado, se les metió dentro de sus casas. También fue la época del boom de la construcción, donde venía mucha gente de fuera y hacía dinero rápido. Había mucho consumidor de heroína, cocaína y, por tanto, había mucho tráfico. Después de 2008 mucha gente se fue y disminuyó todo eso. El tráfico y consumo de heroína disminuyó mucho. Últimamente se detecta un pequeño repunte y se van detectando más puntos de venta en Fuerteventura, pero no es como hace 20 años.

-¿Se puede hablar de una delincuencia asociada a la droga en Fuerteventura?

-La heroína es casi la droga más problemática de cara al ciudadano. Hay fama de que es de maleantes y de gente que se dedica al delito, pero hay de todo. No se detectan muchos consumidores que luego den problemas de cara a la seguridad ciudadana. Los puntos de venta de heroína están detectados. Donde más delincuencia hay, porque viven más delincuentes, y más puntos de venta son las Casas Rosas, en la zona de El Charco, que es la más problemática de Puerto del Rosario. Pero se puede decir que la droga, a efectos de delincuencia, no es un problema grave, en Puerto del Rosario.

-Cuando se realiza un alijo de droga, ¿cuáles son las más comunes?

-Hachís y cocaína. Lo que más se consume es hachís. Además, hay unas costas muy grandes y está muy cerca de África, que es una entrada. La vía de introducción suele ser en pateras que traen hachís y cocaína.

-¿Cuál es el perfil de la persona que trafica en Puerto del Rosario?

-Los puntos de venta suelen ser de gente majorera, tanto de hachís como cocaína. Digamos que a nivel minorista. El mediano traficante, que puede moverse entre Islas, unas veces puede ser canario o extranjero. Si hablamos de un traficante de alto nivel, que trae de la Península, hablamos de colombianos.

-¿Qué medidas aplica la Policía Nacional para la lucha antidroga en la Isla?

-Atacamos el problema desde dos puntos de vista. Por un lado, desde el minorista, que es el que más afecta a la ciudadanía. Intentamos desarticular puntos de venta. También hacemos investigaciones de tráfico a media escala. No tenemos los recursos suficientes por lo que cuando tenemos alguna información la pasamos a la Udyco de Las Palmas. A veces, trabajamos coordinadamente apoyándoles.

-¿Ha aumentado el consumo de droga en Fuerteventura?

-No es significativo. No se puede hablar de un repunte que cause alarma social. La droga es un fenómeno que no se puede erradicar. Llevamos 40 años con este problema. El que quiera consumir, de momento, tiene las posibilidades. En los ochenta y noventa fue un problema social muy grande. Ahora ha disminuido gracias a los centros de desintoxicación.

-¿Y entre menores?

-Tenemos un plan de seguridad ciudadana de consumo de hachís en las cercanías de los institutos desde 2016. Se han hecho detenciones y se ha detectado, cerca de algunos institutos, el consumo de sustancias. En 2017 se redujo bastante en Puerto del Rosario. Se hicieron incautaciones, detenidos y se sigue un programa de vigilancia por parte de seguridad ciudadana en cuanto hay algún padre o maestro o alguien que pasa ese tipo de informaciones. Hay presencia policial en las horas en las que puede haber más consumo y eso está bastante controlado. Ahora, que alguien se fume un porro cerca de un instituto se puede calificar como un hecho aislado en Puerto del Rosario.

-¿Cuáles son los puntos de entrada de la droga a la Isla?

-Fundamentalmente a través de cualquier punto de la costa de Fuerteventura que da con África. De la droga que entra a la Isla desde África, una pequeña parte se queda aquí. La mayor parte se distribuye al resto de las Islas.

-Entonces, ¿Fuerteventura es la puerta principal de entrada de droga desde África a las Islas?

-Desde África sí, vía marítima, porque son más de cien kilómetros de costa. La Guardia Civil, que es la encargada, tiene sus medios, pero vigilar tanto perímetro no creo que sea fácil. Luego están los aeropuertos con los muleros. Imagino que también habrá embarcaciones con gran tonelaje, que luego van a un barco pesquero y desembarcan.

-¿Qué controles existen en puertos y aeropuertos?

-En cuanto tenemos información, estamos con los policías del aeropuerto. Se hace la rutina de control de pasaportes y de control de entrada a extranjeros. Paralelamente, el grupo de estupefacientes, en cuanto tiene información, apoya al personal de frontera del aeropuerto, pero con información concreta. No hacemos controles porque tampoco tenemos capacidad para hacer controles rutinarios. Además, Fuerteventura, vía aeropuerto, tampoco es un punto caliente, lo que no quiere decir que no se pueda introducir droga por él.

-¿Hay aplicados controles en los puertos que pertenecen a Puertos Canarios?

-En los puertos hacemos lo mismo que con el aeropuerto. Cuando tenemos una información vamos y registramos. Tenemos informadores desde la Udyco o nuestra propia información a través de confidentes. También tenemos un control sobre los puertos deportivos en los que se lleva a cabo un chequeo en embarcaciones sobre las que puede haber sospechas.

-¿Se puede hablar de mafias vinculadas a la droga en Fuerteventura?

-Grupos organizados hay, pero porque un grupo lo forman más de dos personas, pero ya como mafias no. Otra cosa es que esos grupos organizados tengan contactos con otros grupos mayores de los que sí se podría hablar de mafias.