El presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Fuerteventura alerta sobre la situación de déficit económico por la que pasa el ente, tras extinguirse la obligatoriedad del pago del llamado recurso cameral. La Cámara espera por la promulgación en Canarias de la nueva Ley aprobada en 2015, para asegurar la pervivencia de una entidad que “ha hecho más por el tejido empresarial en estos años de autonomía que en los 60 en los que perteneció al ámbito provincial”.

- Lleva siete años presidiendo el ente cameral majorero. ¿Cuál es la situación actual?

- En realidad, lo normal son mandatos de cuatro años, pero en 2010 todo se trastocó con el decreto del gobierno de Zapatero que anuló el llamado recurso cameral obligatorio, que era básicamente de lo que se nutrían las cámaras. A partir de ese momento, se pierden recursos y capacidad de recaudación, en general en las 125 cámaras del país, aunque en el caso de las de nueva creación, como las de nuestras islas orientales, se da una situación económica muy difícil, al no contar con patrimonio ni una caja acumulada de muchos años. Hay que recordar que Fuerteventura pertenecía a la cámara provincial de Las Palmas y al separarnos, Gran Canaria se quedó con el remanente de años de participación obligatoria de todos los empresarios de la provincia y sus edificios. Aquí nos dejaron poco menos que una mesa, cuatro sillas y un empleado.

- A pesar de todo, ¿cree que contar con una cámara insular ha sido positivo para la economía empresarial local?

- Es cierto que ha favorecido enormemente. Me atrevo a asegurar que se ha conseguido más con la cámara insular que en los 60 años en los que pertenecimos al ámbito provincial. Nuestro objetivo ha sido en este tiempo la internacionalización de las empresas, el comercio exterior, y en eso ha tenido un peso importante el foro de negocios para el agua y las energías renovables, Africagua, enfocado al continente africano y reconocido por el Gobierno de Canarias como estratégico en la región. La Cámara también ha apostado por el comercio minorista; la formación y la preparación, con multitud de conferencias, cursos y talleres; y ha sacado adelante un vivero donde funcionan 17 nuevas empresas, con aportaciones de la UE y el Estado y un gran esfuerzo de gestión por nuestra parte. Lo triste es, ahora, que seguimos esperando por que la comunidad autónoma desarrolle la nueva Ley de Cámaras nacional, de abril de 2015.

“Nuestra Cámara es deficitaria, pero debe seguir manteniendo sus obligaciones como corporación de derecho público”

- ¿Cómo les afecta el retraso en la adaptación de la nueva normativa?

- Hay que tener en cuenta que, a pesar del decreto 13/10, las cámaras seguimos consideradas legalmente corporaciones de derecho público, que entraña ciertas obligaciones económicas, empezando por el mantenimiento de una sede y servicios y ya he mencionado antes la situación de precariedad en la que quedamos, tras anularse la obligatoriedad del recurso cameral. La gente no aporta fondos si no es obligatorio y la nueva Ley conlleva una financiación básica, así que llevamos desde el año pasado pidiendo que el Gobierno canario la promulgue ya porque nuestra cámara es deficitaria y no tiene capacidad para subsistir. De hecho, si la situación se prolonga, nos tememos que no podremos seguir siendo insulares y deberemos retroceder, volver a funcionar junto a Gran Canaria, que, como Tenerife, cuenta con unos años de desahogo económico, gracias a su patrimonio.

- ¿No reciben ayuda del Cabildo u otras administraciones?

- Básicamente trabajamos con convenios y, en este sentido, el Cabildo colabora activamente, Por ejemplo, en comercio, con acciones de dinamización o formación, incluso de escaparatismo.

- En pocos días la entidad que preside otorga los premios Aloe. ¿Qué repercusión tienen en el sector empresarial?

- Nacieron dentro de la comisión de turismo, por interés de su presidente y los profesionales de ese ámbito en ayudar a que la Isla sea más sostenible. Vamos por la cuarta edición y la participación es cada vez mayor. Se otorgan tres premios, a particulares, empresas y administraciones, y este año, dada la repercusión del galardón, se incluirá un premio internacional, de nuevo gracias a las relaciones propiciadas en el foro Africagua.

“Africagua ha sido un revulsivo para las relaciones comerciales con el continente vecino”

- ¿Qué ventajas traerá la dinamización de las relaciones comerciales con África?

- El continente es un diamante en bruto, una grandísima oportunidad de negocio en las dos direcciones. Eso lo aprendimos cuando estaba operativo el enlace marítimo con Tarfaya desde Puerto del Rosario, suspendido desde el accidente del barco ‘Assalama’ de Armas en 2008. Nosotros estamos muy interesados en retomar esa conexión y nos consta que también lo está el Gobierno de Marruecos, que considera el enlace una garantía de desarrollo económico y también de tranquilidad en la zona. El problema son las obras de acondicionamiento del puerto, que se dilatan en el tiempo. Cada seis meses se nos anuncia su finalización, aunque ahora parece que la fecha factible puede ser tras el verano. Este enlace beneficia a ambas partes. De aquí hacia allá porque facilita la llegada de tecnología, maquinaria motriz, e incluso material de obra y hasta electrodomésticos de segunda mano, en buen estado o que se pueden reparar allí, para darles una segunda vida. Es lo mismo que hacíamos nosotros en los años 80, cuando traíamos vehículos o maquinaria desde Centroeuropa porque allí ya estaba instalado el concepto ‘leasing’. En la otra dirección, Fuerteventura se beneficiará de los cultivos marroquíes, su fruta, verdura y pescado. Estos productos, muchas veces, están llegando desde el continente, pasando por sitios de la Península donde se hacen pasar por españoles. Con las nuevas conexiones, la mercancía podrá venir directamente al puesto de inspección fronteriza ya existente.