Casimiro Curbelo, presidente de La Gomera y líder de ASG
“El Gobierno está empezando a ser sensible con la doble insularidad pero no lo suficiente”
Casimiro Curbelo, presidente de La Gomera y líder de ASG
-Acaba de asumir la presidencia de la Federación Canaria de Islas (FECAI). ¿Cuáles son las principales reivindicaciones de los cabildos?
-Los cabildos, como gobiernos de las Islas, deben de tener una presencia activa en la vida política, económica y social de Canarias. Tenemos preocupaciones comunes y queremos ser partícipes de procesos como las medidas ante la declarada situación de emergencia climática. El fenómeno migratorio no es menos importante. Ante ese drama humano, que nadie desea, a veces no estamos a la altura y es necesaria una estrategia política, no solo del Gobierno de España sino de Europa, que muchas veces se desentiende.
-Usted se ha quejado de los problemas de conectividad que tienen las Islas. ¿Existe la suficiente implicación gubernamental?
-El turismo y la conectividad están íntimamente relacionados. No podemos equivocarnos, ni dejar que las empresas aéreas lo manejen todo a su libre albedrío. En Canarias pasamos de un descuento del 50 al 75 por ciento para los residentes, pero la repercusión para el ciudadano canario no se ha correspondido con ese 25 por ciento más. Han subido los precios y hay que controlarlos. Canarias no es una comunidad autónoma cualquiera: está alejada del continente, fraccionada en Islas y requiere de la cooperación del Gobierno, que debe estar atento, con los mecanismos adecuados para controlar que no haya abusos.
-Como parlamentario ha llevado a la Cámara el problema de la doble insularidad y los sobrecostes que conlleva vivir en islas no capitalinas, como se ha visto recientemente con la escalada en el precio del combustible. ¿Qué medidas reales se pueden poner en marcha para combatir esta realidad?
-Bueno, menos mal que ya me están haciendo algo de caso. Me refiero a que los partidos y el Gobierno tomen conciencia y visualicen los problemas que genera la doble insularidad. La Gomera, La Palma y El Hierro, pero también Lanzarote y Fuerteventura, tienen unos sobrecostes sobre los que el Gobierno tiene que actuar de forma transversal, de forma específica en ámbitos como Sanidad o Educación. El alza en el combustible ha sido algo flagrante, que pone de manifiesto que en Canarias no somos iguales ni tenemos las mismas oportunidades. Acepté una asignación de 1,5 millones (en el presupuesto autonómico para compensar el coste del transporte) porque estamos a la espera de un estudio definitivo, no para marear la perdiz, ni mucho menos, sino para determinar qué medidas hay que aplicar. Lo que no puede ocurrir es que uno esté en Los Cristianos (Tenerife) y cueste el litro de combustible 30 céntimos menos que en La Gomera.
-En el Estatuto de Autonomía se recoge la creación de un fondo de solidaridad para combatir los efectos de la doble insularidad. ¿El Gobierno de Canarias está siendo sensible con las islas no capitalinas y la doble insularidad o lo puede ser mucho más?
-En el Gobierno han empezado a ver la realidad y están empezando a ser algo sensibles con la doble insularidad, pero no lo suficiente. Es verdad que el Estatuto prevé un fondo que habría que activar. Puse como condición para el pacto que no se moviera la distribución del Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN), que se ha cambiado en la medida en que el Gobierno ha pedido algunos recursos para servicios esenciales ante el problema que supone que no haya presupuestos generales del Estado. Lo cierto es que hay unos sobrecostes que lastran la economía y hay que ser más sensibles. La Palma, La Gomera y El Hierro son las únicas islas que pierden población, con más del 21 por ciento de la población mayores de 65 años. El Gobierno tiene que ser consciente. Sé que desde las grandes Islas algunos partidos no ven esta realidad ni la quieren ver, pero hay que afrontarla. En Gran Canaria y Tenerife están las sedes de la comunidad autónoma, a excepción del Diputado del Común que está en La Palma, y solo eso significa del orden de 40.000 funcionarios…
-¿No estará planteando un reparto de las sedes del Gobierno por las islas no capitalinas?
-No. Simplemente quería llegar a la conclusión de que la Canarias que tenemos se ha construido así… las sedes del Gobierno, las grandes infraestructuras, la inmensa mayoría del presupuesto -teniendo en cuenta que de los 8.066 millones de las cuentas más de 5.000 se van para Sanidad, Educación y Servicios Sociales- se gasta en las islas grandes. Hay que hacer ver que es preciso ser solidarios con las islas no capitalinas y que se atiendan los sobrecostes de la doble insularidad. Si le va bien a las islas no capitalinas le va a ir bien a Canarias en general.
-Su partido gestiona la Consejería de Turismo del Gobierno. ¿Qué modelo turístico defiende para el Archipiélago?
-En Canarias hay mucho temor a hablar de límites al crecimiento, y yo soy de los que cree que los modelos de crecimiento tienen que estar ligados a la limitación de los recursos. Si tenemos un territorio limitado no podemos crecer hasta donde queramos, porque eso es ponerse unas orejeras y no ver la realidad. Eso es lo que ocurre hoy. Gran Canaria y Tenerife tienen más de 850.000 y 930.000 habitantes. ¿Hasta dónde quieren crecer? Hay que hablar de modelos y de límite al crecimiento, porque si no la sostenibilidad es mera teoría y no nos vamos a entender. En La Gomera, con 378 kilómetros cuadrados y 21.000 habitantes de derecho, queremos un crecimiento turístico razonable, pero no nos vamos a ir más allá de la población que ya tuvo la Isla en los años 30, con 29.000 habitantes.
-En la pasada legislatura apoyó la Ley del Suelo. ¿Hasta dónde permitiría que se modificase?
-Hasta donde haga falta. Cada Isla debe tener su modelo, pero con limitaciones para que sea sostenible. Voté la Ley del Suelo y la Ley de las Islas Verdes, pero no tengo ningún inconveniente en reconsiderar todo aquello que defina un rumbo sostenible y de futuro para esta tierra.
-¿Cómo valora el primer semestre del Gobierno de Ángel Víctor Torres? Hay parámetros que han empeorado, como en materia sanitaria. No todo es de rosas en el ‘pacto de las flores’…
-Ni en el pacto de las flores ni en ningún Gobierno que eche a andar después de 26 años en la misma dirección. Hay que dar un tiempo razonable. Este Gobierno de Canarias debe tener una gestión brillante. ¿Se puede mejorar? Sí. ¿Ha habido tiempo para responder a todas las necesidades sociales? No. Pero estoy seguro que va a acertar porque a escala nacional hay otro Gobierno del mismo color político con el que se va a entender y que va a ayudar.
-¿Se sigue hablando de cantos de sirena para que su partido apoye un cambio en el Gobierno de Canarias?
-A quien tienen que escuchar es a mí. Eso que algunos dicen no es tan fácil. Un Gobierno no se rompe porque sí. Quiero decir que firmamos un acuerdo de responsabilidad, y yo no tengo responsabilidad sino palabra. Por tanto, este pacto va a terminar la legislatura sin ningún problema. Y ahora, tras la formación del nuevo Gobierno central, con más razón. Habrá dificultades, indudablemente, pero no tengo ninguna duda de que el pacto se cumplirá. Los que me miran a mí, ¿por qué no se fijan en otros? Creo que en Canarias he dado ejemplo de coherencia, responsabilidad y trabajo. Ese es mi camino. Fuera de ahí no encontrará a Casimiro sino a un sucedáneo.
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