Miguel Ángel Matrán es director general de la Fundación CICOP (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio)
“Es casi imposible llegar al BIC si las viviendas del antiguo Puerto Cabras no están catalogadas”
Miguel Ángel Matrán es director general de la Fundación CICOP (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio)
Bajo el paraguas de la Fundación CICOP hay 16 países, universidades y los cabildos de tres islas. Este profesor de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica de La Laguna sostiene la necesidad de que se contemple un plan especial de protección y un catálogo arquitectónico. Solo así se garantizaría la conservación de su casco histórico.
-¿Cómo valora la propuesta del historiador Carmelo Torres de declarar Bien de Interés Cultural (BIC) a 75 viviendas del antiguo Puerto Cabras?
-La valoro como romántica, no como necesaria. La línea que propone el doctor Carmelo Torres es importante porque se quiere agarrar, lógicamente, a un clavo ardiendo para que las cosas no sigan perdiéndose. Es legítimo. Otra cosa es el procedimiento que hay que seguir. Es prácticamente imposible llegar al BIC sin que las viviendas estén catalogadas ni inventariadas en un catálogo municipal.
-¿Y qué se puede hacer?
-Hay que conservar el valor significativo que queda de ellas para que puedan tener categoría de conjunto. Hay que identificar los objetos arquitectónicos que tengan que ver con su valor industrial, etnográfico... darles su valor significativo y considerarlos como elementos singulares dentro del patrimonio cultural de Fuerteventura e incluirlos en un catálogo municipal. Ese sería el primer paso. Lo que fue Puerto Cabras posiblemente no se pueda recuperar. Ha habido una mala política de rescate, mantenimiento y conservación. Se han perdido muchas cosas, pero siguen habiendo espacios. Estos tienen que ver con la historia y son lo que hay que identificar, comunicar, mantener y ponerlos en relación con las pocas cosas que quedan. Hay posibilidades identificando los espacios originales que siguen teniendo un papel en la historia de Puerto Cabras. Hay que hacer que estén integrados en el Plan General y en el Plan Especial de Protección. Me refiero a plazas, calles que, al igual que los edificios, tienen valor significativo. No hay que llegar a la ruptura y la pérdida total de la memoria.
-Los contrarios a la declaración del BIC se amparan en que son viviendas sin valor arquitectónico...
-Son argumentos legítimos y no se pueden considerar como no valorables a la hora de proteger. El valor significativo de un objeto arquitectónico no es solo su valor arquitectónico. Hay una suma de muchos valores como la tipología arquitectónica, que ha venido desapareciendo sistemáticamente y que puede ser la referencia de lo que fue el origen de Puerto Cabras. Puede que no tenga valor arquitectónico, pero sí significativo. Hay que rescatar ese valor y no dejar la ruina. Lo que hay que hacer es propiciar planes especiales de protección.
-¿Cómo valora la desidia que ha habido durante todo este tiempo para salvar el casco de la ciudad por parte de las instituciones de la Isla?
-Es la suma de muchas cosas. Tiene que haber por parte institucional, Cabildo, Ayuntamiento y asociaciones, una labor de comunicación hacia la población de los valores significativos que, prácticamente, desconocerán porque no han tenido la información. No hay que estar continuamente llorando con esto sino poner en marcha líneas que tengan que ver con el conocimiento sobre el valor patrimonial. Porque así, cuando se trata estos temas en cabildos y ayuntamientos, el empuje es otro.
-El Ayuntamiento de Puerto del Rosario aprobó en 2017 un nuevo plan de ordenación sin contemplar medidas que protegieran el casco histórico y dando vía libre al derribo de las antiguas viviendas...
-El que no se contemple un plan especial me parece un despropósito. El legado forma parte de Fuerteventura. No se puede obviar de dónde viene Puerto Cabras. La única forma de mantener viva esa referencia son la Ley de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias y los planes especiales de protección. Para llegar a lo que dice la Ley de Patrimonio y a lo que puedan argumentar los planes especiales tiene que haber un catálogo municipal. Es el primer paso.
-Los propietarios alegan que cualquier tipo de protección a sus viviendas les va a quitar valor...
-Lo debemos entender. Estamos cansados de ver en Canarias cómo, tras una declaración de BIC sin que haya un documento que proporcione un presupuesto económico para su conservación, supone declarar la ruina del BIC porque no hay dinero para hacer nada. Para qué se quiere declarar BIC una cosa que nadie lo va a conservar, ni la propia Administración. Si se declara es porque hay una línea aprobada para su mantenimiento. Pero si lo declaramos y no hay una línea aprobada y el propietario no puede hacer nada lo que estamos es poniéndolo en la lista de espera como próxima ruina.
-La Ley de Patrimonio Histórico de Canarias exige que cada ayuntamiento tenga su catálogo arquitectónico. Sin embargo, en Fuerteventura solo lo tiene La Oliva...
-Es triste. Eso no puede ocurrir en una sociedad. Uno de los objetivos dentro de las administraciones debe ser velar por la herencia que se va a transmitir entre generaciones. No hay que estar, continuamente, llorando porque se ha llegado tarde a esa herencia. Es cuestión de decir hasta aquí hemos llegado.
-En los últimos meses, grupos ecologistas y formaciones políticas como Podemos han denunciado la situación y los continuos atentados en los yacimientos arqueológicos de la isla, ¿qué puede hacer el Cabildo?
-La protección de los yacimientos arqueológicos es sumamente complicada. Pasa siempre por la aprobación de un presupuesto que pueda aliviar su mantenimiento. Tienen que estar focalizados en un lugar que puedan producir una información de ese tipo de yacimientos. No se puede estar localizando y situando e informando donde están sin que haya ninguna protección porque eso sería un expolio avisado. Hay casos muy interesantes en islas como La Palma donde se han ido haciendo puntos de información arqueológica con una delimitación, protección y visitas guiadas. Eso es lo que hay que hacer.
-¿Y en Tindaya?
-Tindaya es una pena. Era un espacio de referencia en Fuerteventura que debería, desde hace mucho tiempo, estar protegido y declarado de Interés Cultural. Tindaya es un espacio que tiene que ver con la historia de la Isla y con los orígenes de los aborígenes y de sus rituales. Lo que hay que hacer es preservarlo para que la memoria siga reconociendo los valores que tuvo ese espacio. Hay motivos suficientes para que esté declarado de Interés Cultural.
-¿Qué le parece la actuación del Gobierno de Canarias durante todo este tiempo con respecto a Betancuria, la primera capital de Canarias?
-Muy mal. Betancuria tiene un valor significativo muy alto en la historia de Canarias. No se corresponde con la difusión cultural que se le da en el resto del archipiélago. Betancuria es el gran desconocido en el archipiélago y es el elemento de referencia de la historia de Canarias. No tiene sentido que tenga esa pérdida de valores entre los propios ciudadanos de las Islas.
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