José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el cambio climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias
“La futura Ley de Cambio Climático marcará un antes y un después en las Islas”
José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el cambio climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias
El consejero José Antonio Valbuena destaca que el gran reto del Archipiélago canario en los próximos años es luchar contra el calentamiento global y sus impactos, como la subida del nivel del mar, y lograr una “huella de carbono neutra”.
-La declarada emergencia climática en Canarias parece que pasa por alto el turismo. ¿Qué ocurrirá si se exige pagar impuestos por la contaminación que representa el transporte aéreo?
-Tenemos clara nuestra dependencia del sector turístico y que ni a corto ni a medio plazo la podemos remplazar. A día de hoy, no hay alternativa a esta actividad económica en Canarias. Eso sí, desde la Consejería de Transición Ecológica queremos buscar otras opciones que complementen a nuestra principal industria y sobre todo queremos que el turismo sea más sostenible. Canarias debe ser neutra en emisiones y ser capaz de compensar lo que emite a la atmósfera. Los territorios insulares tenemos la singularidad de necesitar las conexiones aéreas y es por eso que debemos tener una misma voz. No todos los territorios pueden pagar la misma factura, ni se les puede exigir por igual estos impuestos. La realidad continental no puede igualarse a la insular, porque esta transición a un nuevo modelo y la acción contra el cambio climático debe ser solidaria e igualitaria. De otra manera, sería injusta para Canarias y crearía una gran diferencia económica y social. Por eso, desde las zonas periféricas de la Unión Europea apostamos por que no se nos recargue con la fiscalidad al combustible de los aviones.
-¿Qué modelo turístico defienden?
-Canarias va a luchar por ser un destino de turismo sostenible. La patronal hotelera está haciendo un gran esfuerzo para convertir sus establecimientos en destinos neutros de gases de efecto invernadero y cada vez son más las cadenas hoteleras que demandan a sus proveedores alimentos de kilómetro cero y responsabilidad ambiental. Es por ello que la agroecología va a jugar un papel fundamental en los próximos años.
-Pero si el medio ambiente de las Islas continúa deteriorándose y se incrementa la pobreza de la población (en las Islas tres de cada diez personas están en exclusión social), ¿qué es el turismo sostenible para ustedes?
-El problema de la sobreexplotación de los recursos de Canarias no son los millones de turistas que recibimos anualmente. Por eso, la pregunta es: ¿si reducimos el número de turistas vamos a solventar los problemas? Creo que no. La solución es plantar cara a lo que redefine la sostenibilidad: la depuración de aguas, atajar el incremento de las basuras en los vertederos, resolver las malas condiciones laborales de los trabajadores en el sector turístico o mejorar la movilidad, entre otros muchos factores. Estos problemas son los que tenemos que atajar para conseguir un verdadero turismo sostenible. De todas maneras, la vergüenza a volar que se está dando en el norte de Europa, así como la recuperación de otros lugares turísticos, competencia de Canarias, van a provocar que se reduzca moderadamente de nuevo el número de viajeros. En cualquier caso, tenemos que tener en cuenta que Canarias va a seguir incrementando su población, con más o menos turismo, debido a sus condiciones. Geográficamente somos África, económicamente Europa y sentimentalmente Latinoamérica. En un mundo que va a pasar de 7.000 millones de personas a 10.000 millones, está claro que el número de habitantes va a seguir incrementándose aquí también. Por eso tenemos que hacer de nuestros territorios lugares sostenibles, independientemente del turismo.
“Vamos a introducir medidas en relación a los vehículos de alquiler, para acelerar su transformación y cambiar la flota actual de coches de gasolina y diésel por eléctricos”
-El turismo ha pretendido históricamente ocupar las zonas costeras. El Gobierno de Canarias está reclamando las competencias sobre la gestión de la costa, coincidiendo con la situación del Hotel Riu Oliva Beach, enclavado en las Dunas de Corralejo.
-Ahí tenemos un problema y las manos atadas. El incremento del nivel del mar, según las previsiones, será de un metro en los próximos años y muchos ecosistemas costeros van a desaparecer. No se puede evitar. Habrá que adaptarse y suavizar los efectos. La playa de las Teresitas, las Dunas de Maspalomas o Corralejo van a hundirse debajo de las aguas. Nuestras principales zonas turísticas van a sufrir las consecuencias. En Miami, las vías y las viviendas del litoral que quieren reformarse están ya siendo obligadas a elevar la edificación. El Gobierno de Canarias va a ser tajante: no vamos a permitir que se siga ocupando el litoral costero, aunque a algunos les incomode. Las previsiones sobre el aumento del nivel del mar se han sustentado en datos científicos desde hace 30 años y sus pronósticos se vienen cumpliendo de manera escrupulosa. En 50 años vamos a tener una realidad de las costas de Canarias con una imagen distinta de la actualidad. Por eso, el Gobierno de Canarias va a cumplir el mandato de la sociedad que demanda que se endurezca la legislación en materia ambiental. En cuanto al hotel Oliva Beach, nos preocupan los puestos de trabajo de un establecimiento que ya existe, pero será la Dirección de Costas del Estado la que decida. Habrá que respetar lo que indique. Pero hemos dicho que no se puede perder esa plantilla y que se debe dar una solución.
-¿Qué pasa con la Ley del Suelo que impulsó el expresidente Fernando Clavijo y que tanto criticaron desde la oposición?
-La futura Ley de Cambio Climático será, sin duda, la legislación más importante de la coalición formada por PSOE, Nueva Canarias, Podemos y ASG. Esta normativa marcará un antes y un después, pues va a modificar las inercias heredadas de 25 leyes sectoriales, entre ellas la Ley del Suelo, que efectivamente hay que cambiarla y transformarla en una verdadera normativa del territorio. La intención es que entre en el Parlamento de Canarias, a más tardar, en primavera. Ahora la principal preocupación de los suelos en el Archipiélago es generar espacios que sean un sumidero de gases de efecto invernadero. Todos los municipios van a tener que evaluar su modelo y su impacto de huella de carbono y, a partir de ahí, van a tener que trabajar para crear bosques o espacios captadores de ese dióxido de carbono, sobre todo en la zona intermedia entre la parte urbana y la rústica. Se trata de crear bosques productivos en suelos que, sin mayor esfuerzo de recursos de agua y tierra, mediante autogestión, sean capaces de absorber carbono. Queremos que todos los municipios sean neutros desde el punto de vista ecológico y de huella de carbono y por eso introducimos este tipo de conceptos, como el de un suelo verde, ecológico y captador de CO2. En definitiva, todos los ayuntamientos se verán obligados a diseñar sistemas de ordenación para ser neutros en huella de carbono. Eso, sin contabilizar las grandes infraestructuras supramunicipales, como aeropuertos o puertos, que tendrán que ser compensados a escala insular o regional.
“Todos los municipios canarios van a tener que evaluar su huella de carbono y, a partir de ahí, crear bosques o espacios captadores de ese dióxido de carbono”
-¿Cómo ordenarán el transporte?
-El transporte supone el 50 por ciento del consumo energético neto de Canarias y va jugar un papel muy importante en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso vamos a introducir medidas en relación a los coches de alquiler, para acelerar su transformación y cambiar la flota actual de coches de gasolina y diésel por vehículos eléctricos. En el Archipiélago, este medio de transporte es una solución, en la medida en que no tiene largos recorridos como en el continente. Por ello, el Gobierno va a incrementar los puntos de recarga en todas las Islas Canarias.
-En la reciente manifestación de la Cumbre del Clima de Madrid se escuchaba a los jóvenes gritar: “¡Ni una especie menos, ni un grado más!”. ¿Qué ocurre en Canarias con la desaparición de especies, la pérdida acelerada de biodiversidad por el urbanismo o el impacto en ciertas zonas de equipamientos de energía como los aerogeneradores?
-La biodiversidad es uno de nuestros cinco pilares en relación a ese ecosistema legislativo que consideramos fundamental desarrollar: Ley de Cambio Climático, economía circular, Plan de transición energética, Plan de acción contra el cambio climático y, el quinto pedestal, la Ley de Biodiversidad y Patrimonio Natural. La adaptación al cambio climático tiene un soporte muy importante en nuestra biodiversidad y tenemos que regular estas disfunciones que existen. Canarias tiene una población como Castilla La Mancha y solo un 10 por ciento de su territorio. Por eso, cualquier cosa que hagamos vamos a generar tensiones entre la biodiversidad, los espacios naturales y nuestro territorio. Para la sostenibilidad, el valor principal que tenemos que proteger es nuestro medio ambiente, nuestro entorno, seguido por la sociedad y la economía. La futura Ley de Biodiversidad y Patrimonio Natural es una gran oportunidad. Esperamos introducir medidas que protejan no solo las especies de Canarias, con planes de conservación, sino también frenar las especies exóticas invasoras, que van a ir a más. Debemos contar con un sistema legislativo potente, incluso para el ajardinamiento, porque no tiene sentido que en lugares públicos o privados estemos utilizando especies que no son autóctonas. Eso es abrir las puertas a especies invasoras y, de hecho, el rabo de gato empezó así. Debemos configurar una barrera que proteja y consolide la biodiversidad canaria. En la Cumbre del Clima hemos firmado un acuerdo para formar parte del GLISPA (Global Island Partnership), un consorcio global de Islas, donde el primer punto es la protección de nuestros ecosistemas, porque las Islas son muy vulnerables y los lugares de mayor concentración de biodiversidad. Canarias va a tener que poner algún tipo de fronteras para que las especies exóticas no amenacen a las especies autóctonas.
José Antonio Valbuena es consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, un archipiélago con centenares de kilómetros de costa, amenazados por el incremento del nivel del mar en los próximos años, una de las consecuencias directas del calentamiento del planeta. La fragilidad del medio ambiente canario se enfrenta a un modelo económico que pivota principalmente en torno al turismo: 16 millones de visitantes que llegaron el año pasado al Archipiélago en avión, un medio de transporte que empieza a ser cuestionado.
En este contexto, Valbuena apuesta por que Canarias emprenda el camino de una “transición energética, justa y solidaria”, de la mano de un “desarrollo turístico sostenible”. Así lo expuso en la reciente Cumbre del Clima (COP25) celebrada en Madrid, una cita que aprovechó para establecer “contacto” con otros archipiélagos. “Debemos tener una voz común por las especificidades que nos unen y así conseguir que sean atendidas nuestras demandas en la mitigación del cambio climático”, señala.
Valbuena destaca la “sensación agridulce” que queda tras comprobar cómo “los países más responsables del efecto invernadero, como China, Estados Unidos y la India, siguen pensando más en sus intereses económicos que en los del planeta”. Pero también hay espacio para el optimismo: “La Unión Europea, aunque es el tercer emisor de CO2, está liderando el cambio para que haya una esperanza de vida en la Tierra a finales de este siglo”.
El consejero defiende experiencias como la de la Cumbre: “Permite poner en evidencia los problemas y la realidad del cambio climático al conocer de primera mano la situación de las granjeras de África, de los habitantes de islas del Pacífico o de los indígenas de la Amazonía. Por desgracia, estas voces no están siendo escuchadas por los gobiernos de estos grandes países anteriormente citados”, sentencia.
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