Precoz y autodidacta, desde muy temprana edad Adrián Tejero ya presentaba maneras de cineasta. Comenzó a los nueve años como un juego, grabando sus vídeos con una rudimentaria cámara de fotos. Sus primeras ediciones las realizaba con los amigos para subir vídeos a internet sobre trucos de fútbol con la pelota. El cine-acción de su adolescencia le animó a realizar sus primeros cortometrajes en los que simulaba las armas con pistolas de papel.

De ahí pasa a aprender a realizar efectos especiales: buena muestra de ello es su cortometraje ‘Star Wars Calev’ de 2016, donde también deja ver un excelente cuidado del montaje, grabado con un móvil y con unos efectos especiales muy logrados y que le valió ser seleccionado entre los mejores cortometrajes en el certamen Maxoarte.

Algo que comenzó como un juego se convirtió en una pasión y fue adquiriendo recursos y ampliando su equipo humano para las grabaciones. “Se hizo la pelota cada vez más grande y hasta ahora”. Un momento en el que con tan solo 19 años ya cuenta con dos premios por sus cortometrajes.

Ahora, con su cámara profesional de cine ha realizado el cortometraje ‘The Storm’ a modo de “piloto”, un pequeño fragmento de un proyecto mucho más amplio en el que desarrolla la interactuación entre vikingos y mahos, y en el que será guionista y director. ‘The Storm’ se grabó en un día, desde las diez de la mañana hasta las doce de la noche “y el resultado aunque no es muy de mi agrado es una muestra de lo que podríamos hacer con más recursos, porque el corto ha tenido mucho repercusión”, explica.

Adrián está muy agradecido por todo el apoyo que ha recibido en la Isla para desarrollar sus trabajos, que le han llevado a día de hoy a trabajar con un grupo de profesionales de ámbito internacional. Con este equipo ha anunciado su ambicioso proyecto sobre el que no puede desvelar nada más que lo que ya se sabe: reflejar la historia entre vikingos y mahos en la Isla.

Lo desarrollará junto a su socio, actor profesional, y que fue quien se encargó de traer este equipo internacional y que supondrá, a su juicio, “una nueva etapa” que “marcará un antes y un después en la Isla en la producción de cortometrajes realizados cien por cien en Fuerteventura” y en el que espera la máxima colaboración para que “no sólo sea algo mío sino nuestro”.

Trabaja en un taller de mecánica para poder costearse los futuros estudios en la Escuela de Cine de Barcelona, una de las más prestigiosas y considerada la meca de los estudios cinematográficos. Es su sueño para convertirse en director de largometrajes y ya le queda menos para alcanzarlo, aunque tampoco le han hecho falta muchas enseñanzas para demostrar su valía en el mundo audiovisual.

Comenta que en el instituto cuando les pedían que hicieran en modo vídeo algún trabajo, aprovechaba estas oportunidades para trabajar en profundidad sus cortometrajes. Así se crearon cortos con los que ha sido premiado, como el que fue reconocido en el certamen de Gran Canaria: ‘Mis alas son solo mías’, o su producción sobre la violencia de género ‘Ni una más’ grabado en 2016.

También ha realizado trabajos de videoclips, pero el hecho de no poder desarrollar todo el proyecto con sus propios guiones le deja un tanto desencantado. “Me cuesta trabajar para otras personas que tienen otras ideas y adaptarme a su perfil”. Aún así ha desarrollado, entre otros trabajos, el videoclip de Abora Reggae ‘Pachamama’ grabado sólo con móviles y con el que vuelve a demostrar el talento que lleva dentro.

Y es que siempre que alguien le pide un vídeo ahí está él para ayudar. “El videoclip es algo que me gusta pero en lo que no he profundizado, me gustaría seguir dedicándome a ello pero me quita tiempo para otros trabajos. Aunque, si me llaman ahí voy, me encanta hacer cualquier tipo de vídeo”.

En cuanto a la situación del panorama cultural comenta que falta un mayor compromiso para que los artistas lleven proyectos de gran calado adelante y “en el que todos podamos ayudar”. En su caso, comenta que está recibiendo mucho apoyo para el desarrollo de su ambicioso proyecto, y recuerda que “la Isla ya es muy rica en cuanto a los distintos elementos que se puedan requerir para la grabación audiovisual, como la red de empresas o como escenario de grabación”.

Al respecto, considera muy positiva la llegada de superproducciones a Fuerteventura. “Ha sentado unas bases dentro de la Isla, sino vinieran películas de fuera no tendría tantas posibilidades de realizar mis proyectos en torno a esa industria cinematográfica que se ha creado”.

Sus referentes cinematográficos son Kubrick y Christopher Nolan, director este último de ‘Dunkerke’ o ‘Interestellar’ y en el que ve reflejado esa perspectiva oscura que gusta imprimir en sus proyectos. “Tiene todos los medios para hacer cualquier película, pero prefiere rodar sus propias historias en las que se plasma la psicología de los personajes y son muy enrevesadas. Vamos, lo que me gusta a mí”.

Adrián agradece haber contado siempre con el apoyo de su familia y recuerda cuando su padre le acompañaba a los rodajes. Así como a su hermano, al que recurre para el reparto de las producciones.