El colectivo Altihay Fuerteventura echa la vista atrás para recordar sus 16 años en activo. Este 2018 han recibido el Premio Insular al Mérito Social que entrega el Cabildo de Fuerteventura. Un aniversario plagado de actos y una mirada a una trayectoria brillante a través de la exposición ‘16 años TRANSformando Fuerteventura’ que permaneció en la Casa de la Cultura de Puerto del Rosario del pasado 8 de junio al 2 de julio.

La muestra recoge una parte histórica con su lucha, y otra en la que se visibiliza por primera vez a las personas transexuales que residen en Fuerteventura tras la declaración de la Federación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) como año para el trabajo de las realidades trans. Una de sus protagonistas es la coordinadora del Área de Transexualidad de Altihay, Cristina Macario , de 24 años.

Ella entró en contacto con el colectivo Altihay de la mano de sus padres con sólo 14 años, y resalta la importancia de “ser fiel a una misma, a sus ideales, aceptarse, quererse, y lo que prima es la felicidad”, resume. “Tienes derecho a tener derechos, y eso lo tenemos que defender y luchar en la realidad trans”, sostiene. “En mi época era impensable la llegada de padres para informarse sobre sus niños y niñas”, señala esta vecina de Puerto del Rosario.

Desde Altihay ella ofrece apoyo, asesoramiento, e imparte charlas en los centros educativos majoreros, donde enfatiza en la necesidad de “concienciar y educar en la transexualidad”. “Es lamentable comprobar que se siguen dando casos en las aulas de bullying, acoso o insultos”, manifiesta.

Aunque muchos jóvenes optan por marcharse a vivir fuera de la Isla, Cristina eligió quedarse, estudiar idiomas y cursos de turismo para trabajar en Fuerteventura. “No creo que haya rechazo social. Las puertas no se cierran por ser trans, yo soy sincera y clara con la gente que me rodea, pero lo que se necesita es formación y seriedad”, reflexiona Cristina.

Año 2002 en Corralejo

El primer presidente del colectivo, León Martín Bethencourt, recuerda los duros inicios en el año 2002 en la Isla, y en especial hace medio siglo para un joven que nació en un entorno rural como Pájara. “Altihay se creó en Corralejo, en casa de Desiré Chacón, en diciembre del 2001. Éramos unas pocas lesbianas y gais que nos conocíamos de la Isla. Nadie quería ser presidente. Yo me ofrecí aunque no sabía nada de asociaciones. Poco a poco se fue asociando mucha gente. Nos reuníamos en casas de socios, en locales donde pedíamos permiso”, rememora León.

En el año 2002 ingresan en la Federación estatal, y “fuimos de los primeros colectivos de Canarias”. En estos 16 años han organizado unos cinco encuentros, 17 muestras de cine LGTB, y “tenemos un programa de educación para dar charlas en colegios e institutos”.

Han participado en la manifestación del Orgullo de Madrid cada año desde la fundación de Altihay, y en encuentros LGTB estatales. “Hemos asistido a congresos nacionales, y hemos potenciado la creación de los colectivos Algarabía de Tenerife y Lánzate de Lanzarote”, indica Martín.

También recuerda que promovieron con las instituciones la declaración del 17 de mayo como el Día internacional de la lucha contra la LGTBfobia. El actual presidente, Josetxu Portillo, cuenta la actividad que desarrolla el colectivo en la actualidad en las labores de información, prevención e integración del colectivo en la sociedad. “Nos concedieron el servicio para hacer gratuitamente la prueba del VIH, de la hepatitis b, y sífilis”, desvela. Además, todos los años colocan mesas informativas para conmemorar el 1 de diciembre, día mundial en la lucha contra el VIH.

“Hace unos años las campañas de prevención eran muy fuertes, ahora hay más acceso a la información pero mucha confusión, la gente no se protege ante enfermedades”, explica, y vaticina que queda mucha lucha por delante para alcanzar la “igualdad y visibilización del colectivo en el mundo”. “Ahora tenemos un colectivo propio que funciona cada día con un técnico y una red sólida de voluntariado para colaborar en programas y eventos que se celebran”, señala.

Muchas parejas que arrancaron con el colectivo han formado una familia tras la reforma del Código Civil que permitió el matrimonio homosexual. “Muchas parejas de la Isla se han unido en matrimonio, han adoptado hijos y han demostrado que el núcleo familiar es muy diverso”, expresa.

“Presidir el colectivo me ha enseñado mucho, me ha topado con muchas realidades como el nuevo grupo transexual de Altihay, como la de los menores que todavía no es visible cuando en la niñez ya se define la identidad de género”, opina este activista, convencido en el papel que ejerce el voluntariado para promover una sociedad más libre y sana.

Nadia retrata el cambio

La artista que recibió el Premio Maxo Arte de Fotografía 2017, Nadia Martín, también trabaja desde su profesión como fotoperiodista por el cambio. Sus imágenes y exposiciones en la Isla y Madrid invitan a la reflexión, y marcan el camino de la libertad. Fue la encargada de fotografiar a trans del colectivo como Carla Alba, Cristina Macario o Ivana Hernández que protagonizan la colectiva. Algunas personas aparecen con sus hijos acabando con la marginación y el sufrimiento. Un colectivo que cumple 40 años en España y que lucha por la Ley Integral de Personas Trans que se tramita en el Congreso para conquistar la libertad real y efectiva. Los colores del arco iris han lucido en los últimos días en la localidad de Corralejo, que acogió la exposición del artista majorero Luis Guardia, “¿Entras o sales? Aquí no te quedas”, una instalación impulsada desde Altihay Fuerteventura con el apoyo del Ayuntamiento de La Oliva y el Cabildo de Fuerteventura, entre otras entidades.

Entre la Avenida Marítima y el tramo peatonal de Nuestra Señora del Carmen se han repartido las seis esculturas, seis puertas con los colores arcoíris y mensajes de personalidades internacionales que conmemoran el Orgullo LGTBI Fuerteventura 2018. Según expuso el propio artista, con esta muestra “he querido principalmente valorar a Altihay, y hacerlo con una de mis piezas. Esta es la puerta que dice que entras, o sales, pero aquí no te quedas. Todo los días abrimos y cerramos puertas, y esta es la lucha en la vida, y la lucha de Altihay, que creo que lo está consiguiendo”.

Cada una de las seis puertas “está relacionada con la postura de estar o no estar armarizado. Altihay facilita y quiere que salgas”. Seis piezas, puertas de metal con uno o dos corazones de diferentes tamaños, esculpidos en hueco relieve con un contorno realzado en medio relieve policromado, y los colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta del arcoíris, repartidos estratégicamente a lo largo de las calles principales de Corralejo.

La muestra representa la expresión de un momento, de una reflexión, una conjunción de sentimientos del artista. Su vida, su corazón, y su acción/reacción tras una mirada a través de una puerta. Su particular lucha contra el estancamiento de la mente colectiva, sobre la necesidad vital del movimiento y sus consecuencias, sobre el necesario ejercicio de arriesgarnos a la transformación de nuestras vidas.

Luis Guardia señaló que “las seis piezas recogen frases de activistas del movimiento LGTBI español e internacional, personas a las que admiro y que ha dedicado su vida a combatirlo, transformando la vida de millones de personas: Harvey Milk, Jordi Petit, Carla Antonelli, Pedro Zerolo, Toni Poveda Boti G. Rodrigo y Martina Navratilova”.

Altihay Fuerteventura pretende, con el componente innovador de este proyecto artístico de Luis Guardia, alejarse de campañas estáticas, introduciendo novedades que sirvan de importante y original instrumento cultural, contribuyendo a la promoción turística dirigida al segmento LGTBI, pero sobre todo a la promoción social de los valores de igualdad y diversidad, mediante este importante y original instrumento de promoción para el Orgullo de Fuerteventura, en el municipio de La Oliva, toda vez que la obra marcó la interrelación del espacio compartido entre la obra y los espectadores. En los primeros días de julio las puertas se retiraron porque aparecieron deterioradas y rotas, ya que se colocaron en la vía pública.