Cuidadores de enfermos de alzhéimer de la Isla reclaman recursos para el respiro familiar
Poder salir a comprar o al médico, tener un fin de semana libre o, en el mejor de los casos, unas vacaciones, son peticiones que quedan en saco roto para los familiares de personas con alzhéimer a su cargo en Fuerteventura. Estos cuidadores creen que su situación se aliviaría si desde las instituciones se apostara por programas de respiro familiar. Hasta ahora no han encontrado respuesta a sus necesidades en una Isla donde, aseguran, en temas de dependencia “hay listas de espera para todo”.
Olga Posada sufrió hace algo más de un mes un percance que terminó en fractura de brazo y operación. Hasta la caída, Olga trabajaba en horario de mañana y las tardes las dedicaba a pasear con su madre de 88 años de edad y enferma de alzhéimer.
Tras el accidente, se topó con la realidad de ver lo solos que se encuentran los cuidadores en la Isla. “He tenido que buscar a alguien para que se quede con ella mientras mi hija estaba conmigo en el hospital. Ahí me di cuenta que no tienes ningún soporte”, lamenta. Para esta mujer, el Ayuntamiento o el Gobierno de Canarias deberían tener en la Isla “unas infraestructuras inmediatas para temas como este o que viniera una trabajadora social a hacerse cargo mientras, por ejemplo, te están operando”.
La petición de Olga encuentra el respaldo de personas como Maya Niesvaara. Cuidó de su madre durante diez años y desde hace cinco lo hace de su suegra, de 91 años. Las dos fueron diagnosticadas con alzhéimer. Ella y su marido se han acostumbrado a vivir sujetos al horario de la abuela. “Todas las horas del día son para ella”, asegura.
En su casa el despertador suena a las siete y media. Tras desayunar y vestir a la abuela la llevan al centro de AFALF (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Lanzarote y Fuerteventura), en Puerto del Rosario. Allí está cuatro horas, de nueve a una, las mismas que permanece el centro abierto. Maya comenta que “son muy pocas horas”. “Le sirven para su socialización, pero si me pongo en el papel de las personas que tienen un horario laboral, ese horario no les sirve para nada. La mayoría empiezan a trabajar a las ocho y jamás salen a la una”.
Olga y Maya ponen como ejemplo otros lugares de la Península o de Canarias. “En Gran Canaria y Lanzarote hay centros de ocho a cinco”, explica Maya, que tiene que llevar a diario a su suegra desde La Asomada a la capital porque el transporte del centro está sujeto a una lista de prioridades. La excusa, cuenta esta mujer, es “que hay lista de espera y el presupuesto es poco para el transporte”. También asegura que “la hay para entrar al centro y solo pueden acudir a él personas con cierta autonomía”, añade.
Llegados a este punto de la conversación, Maya se pone en el papel de otras personas con menos ayuda del entorno familiar que ella y recuerda que “hay cónyuges mayores que están cuidando a sus parejas y necesitan ir al médico, un fin de semana libre, unas vacaciones o tienen que ingresarse y no saben qué hacer con su familiar”.
Hasta ahora no han encontrado respuesta a sus necesidades en una Isla donde, aseguran, en temas de dependencia “hay listas de espera para todo”
Flora Rodríguez cuidó de su hermano con alzhéimer en su casa durante cuatro años. Durante ese tiempo, echó en falta un programa de respiro familiar. Cuando salía a tramitar algún asunto o, incluso, acudía a terapias específicas para cuidadores, organizadas por Asuntos Sociales del Ayuntamiento, “tenía que pagar a una persona para que lo cuidara”, recuerda.
El 18 de noviembre de 2016 el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, anunció, en rueda de prensa, junto al alcalde de Puerto del Rosario, Nicolás Gutiérrez, y las responsables de asuntos sociales del Cabildo y del Consistorio capitalino la creación de una residencia para mayores, con 100 plazas residenciales y 30 más de estancia diurna, en unos terrenos cedidos por el Consistorio, en la zona de El Charco.
En ese encuentro con los periodistas, el presidente Marcial Morales anunció la intención de la Corporación de ponerla “en marcha esta legislatura”. En los presupuestos del Cabildo para 2018 se contempla una partida para iniciar su construcción.
La consejera de Asuntos Sociales del Cabildo, Rosa Delia Rodríguez, explica que la Institución insular tiene convenios con AFALF en todos los municipios de la Isla donde hay centros que “actúan de respiro familiar”. También aclara que se encuentra en proceso para licitar la construcción y equipamiento de la futura residencia diurna de El Charco. Una vez finalizada, se licitará la gestión y “se incluirá el servicio de respiro familiar”.
Sin apoyos
El pasado diciembre Flora acudió, junto a otras cuidadoras de la isla, a un encuentro organizado por Acufade (Asociación de Cuidadores, Familiares y Amigos de Personas con Dependencia, Alzheimer y otras Demencias), en Tenerife. Tras ver cómo estaba la situación en el resto de Canarias, Flora asegura que las cuidadoras en Fuerteventura “se sienten desprotegidas”. En medio de esa desprotección, Maya, Olga y Flora aseguran haber encontrado a dos ángeles de la guarda: Fefi, la enfermera de enlace del Centro de Salud de Puerto del Rosario, y Sixto, el trabajador social del SCS.
La radiografía de la situación de los enfermos de alzhéimer y cuidadores en Fuerteventura sigue dejando lagunas en otras cuestiones y de, nuevo, listas de espera. Así ocurre en la Residencia de Casillas del Ángel, donde “tristemente tenemos que esperar a que muera una persona en el centro para poder entrar a otra”, lamenta Flora.
La sobrecarga física y emocional que padecen los cuidadores termina demandando, en muchos casos, ayuda psicológica. Según Maya Niesvaara, esta se limita a un grupo de WhatsApp de cuidadores y esporádicas reuniones. Es el médico de cabecera quien deberá desviar al cuidador a un psicólogo si ve motivos para ello, pero “hasta para el psicólogo hay lista de espera”, asegura esta cuidadora. También las hay en la ayuda a domicilio donde, en algunos consistorios, hay listas de espera “hasta para que vengan a bañar a la persona”.
Canarias y Cataluña son las comunidades con listas de espera más elevadas con más del 37 por ciento de sus dependientes sin atender. A pesar de que se ha avanzado en la tramitación en los últimos tiempos, aún hay personas como Maya que llevan dos años y medio arreglando el papeleo. “Hace dos meses vino la visitadora de los servicios sociales para realizar la última entrevista antes de mandar los papeles al Gobierno de Canarias. Le llegará a mi suegra, como a la mayoría de los españoles, cuando ya no esté”, sentencia.
Tras llegar al Gobierno, el Partido Popular eliminó el derecho de cotización a la Seguridad Social de las personas no cuidadoras profesionales, establecida en la ley de Zapatero. El Congreso rechazó en marzo del año pasado la iniciativa del PSOE de recuperar la cotización para estas personas.
Flora resume la situación en la que se encuentran muchos cuidadores no reconocidos como tales por el Gobierno. “Cuidan un mínimo de ocho o diez años al familiar; cuando terminan tienen una edad próxima a la jubilación y el problema surge ahí al ver que no tienen arreglada la cotización y se quedan sin derecho a nada. Ni a una triste paga”, y añade que “se dejan muchas cosas en el camino y el Gobierno no las tiene en cuenta”.
Comentarios
1 antonio Mar, 09/01/2018 - 08:42
2 Maria Mar, 09/01/2018 - 15:57
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