Los informes encargados por el Consorcio insular del Agua confirman la existencia del acuífero, estudian la calidad del líquido y son el paso previo para señalar los lugares indicados para realizar los sondeos
El acuífero de Timanfaya recoge la misma cantidad de agua que consume Lanzarote
Los informes encargados por el Consorcio insular del Agua confirman la existencia del acuífero, estudian la calidad del líquido y son el paso previo para señalar los lugares indicados para realizar los sondeos
Debajo de Timanfaya hay un enorme aljibe natural que recoge y retiene cada gota de lluvia que cae en esa parte de la Isla. El acuífero se renovaría cada año con 13 millones de metros cúbicos, una cantidad similar o superior al consumo de agua desalada potable en toda la Isla durante un año. El consumo de agua potable en 2018, último dato disponible, no alcanzó los 12 millones.
Esa es una de las conclusiones principales del informe acerca de los resultados obtenidos con el inventario de nacientes realizado en la isla de Lanzarote, elaborado el año pasado por los ingenieros Carlos Soler, Alejandro del Castillo y Yanira Mesa por encargo del Consorcio insular del agua y cuyos resultados se desconocían.
Los ingenieros realizaron tres informes. El primer estudio se llama Informe acerca de los tramos, longitudes y métodos geofísicos a emplear en el acuífero de Timanfaya, que estudia tres métodos: eléctrico, sísmico y geo radar. El segundo, elaborado solo por Del Castillo desde octubre de 2018, se llama Aljibes y nacientes de Lanzarote: informe de visita de campo, y se puede considerar la primera parte del nombrado al principio del texto.
El antecedente de todos ellos es el estudio que encargó en 2017 el grupo de Podemos en el Cabildo a Carlos Soler, que reveló la existencia del acuífero que ocuparía una superficie de unos 240 kilómetros cuadrados.
En el momento de la presentación del estudio, Soler estimó que el coste de bombear el agua sería de unos 10 céntimos de euro por metro cúbico. La tubería, según explicó el ingeniero, estaría “enterrada en la cuneta, por lo que no existiría impacto visual en el paisaje”.
Entre las dudas, estaba la cantidad disponible y la calidad, por la posible existencia de vertidos al subsuelo, ya que en esa zona no hay saneamiento en los pueblos. En julio de 2017, Podemos presentó una proposición no de ley ante el Parlamento de Canarias, que fue aprobada por unanimidad, para instar al Gobierno autonómico a que realizara los sondeos necesarios para determinar la cantidad y calidad de agua que pudiera existir en el acuífero.
Además, el Consorcio encargó estos tres estudios. El trabajo de campo se realizó estudiando 58 fuentes y 50 aljibes. Con el primer inventario, el de aljibes, se evaluó la evaporación que se produce de la lluvia que cae sobre el malpaís y se obtuvo un valor que es “prácticamente cero”, comparando las aportaciones anuales de los aljibes divididas por la superficie de alcogida con la pluviometría que se medía en cada aljibe. Ambas cantidades coincidían.
Con este método se ha determinado que los recursos que anualmente se infiltran en la cuenca de estudio son de 13 hectómetros cúbicos, lo que equivale a la capacidad de unas 5.200 piscinas olímpicas.
“Con el inventario de fuentes se estudió la hidrogeología, concluyendo que en todos los casos el acuífero que concibe estos nacientes está formado por una capa de rofe del Timanfaya de espesores muy variables que, debido a su elevada permeabilidad, asimila el agua de lluvia evitando su evaporación y escorrentía, pasando a circular de manera subterránea en el contacto entre este picón y el suelo antiguo, que en la mayoría de los casos se trata de las paredes inclinadas de un cono de piroclastos antiguos, cuya pendiente facilita la circulación, evitando o aminorando la infiltración”, señala uno de los informes.
“Las fuentes -continúa- demuestran la existencia de un acuífero asociado a la alta permeabilidad de los materiales arrojados por el Timanfaya. De alguna forma la fuente es al acuífero como el témpano es al iceberg, en ambos casos el mayor volumen de agua dulce está debajo”.
También se explica la creación del depósito y su estructura. El acuífero está formado por los materiales que aportó la erupción histórica y dos alineaciones, la de El Golfo-Los Rodeos y la de Montaña Bermeja-Vieja Gabriela. Los redactores de los informes realizaron una visita a aljibes y nacientes, junto a Senderismo Lanzarote, que es la contrata encargada para elaborar los inventarios, con los objetivos de analizar el proceso de toma de datos de conductividad de las aguas de los aljibes, para el cálculo de cuencas de recogida o para identificar la antigua línea de costa, entre otras cuestiones.
El trabajo de campo se realizó estudiando 58 fuentes y 50 aljibes. Con el primer inventario, el de aljibes, se evaluó la evaporación que se produce de la lluvia que cae sobre el malpaís y se obtuvo un valor que es “prácticamente cero”
Estos objetivos son el paso previo para definir los perfiles geofísicos a realizar y señalar posteriormente los lugares más indicados para perforar los sondeos de prospección hidrogeológica. Durante ese trabajo de campo se detectaron una gran cantidad de aljibes, aunque muchos de ellos abandonados y otros que reciben aportación externa de agua mediante cubas y se observaron nacientes que a final de la época estival se encuentran aún aflorando aguas.
Las 58 fuentes inventariadas (de las 69 que se han contabilizado) se distribuyen en dos lugares: entre La Geria y La Asomada, la mayoría, y entre Masdache y Los Bermejos, y otras dos aisladas: en Montaña de los Miraderos y Montaña Negra. En todos los casos, las fuentes surgen debido a que se interrumpe la capa de picón y aflora el terreno antiguo, generalmente debido a excavaciones realizadas por el hombre. También se tiene constancia de la desaparición de algunas fuentes.
Según los estudios, todas presentan una tendencia similar: tras las lluvias y a los pocos días comienza la aportación, crece durante un tiempo variable entre semanas y unos pocos meses, se mantiene durante un tiempo y luego va descendiendo hasta secarse de nuevo. “En definitiva -señala el informe-, podríamos decir que las fuentes son la punta del iceberg que afloran demostrando la existencia del acuífero del Timanfaya.
La existencia de las fuentes asociadas a las capas de picón que sepultan las laderas de los conos antiguos, indican que bajo el volcán existe un acuífero y que estos materiales recientes logran, al igual que hacen las fuentes a una escala mucho más pequeña, absorber el agua de lluvia en su práctica totalidad, haciendo que se infiltren hacia su interior y así evitan que las barranqueras por las que ahora siguen discurriendo, pero de forma subterránea, arrojen estos caudales al mar en tan solo unos días, alargando la aportación a meses o años gracias al impedimento que supone que el agua circule ahora de forma subterránea a través de piroclastos, escorias y coladas, en vez de como lo hacían antes por cauces directos al mar”.
La cuenca estudiada se corresponde con la mitad más meridional del malpaís de Timanfaya y comprende una franja de terreno que va desde Janubio, al oeste, hasta Mozaga, al este. Por el norte está limitada por la alineación de volcanes antiguos: Pedro Perico, Hernández, La Tranquilidad, Rodeos, Santa Catalina, Colorada, El Islote y Tamia, y también por las alineaciones de Montaña Bermeja-Vieja Gabriela y la de El Golfo-Los Rodeos. Por el sur, el límite es el borde del malpaís que se sitúa, de este a oeste, en Masdache, La Asomada, Uga y Yaiza.
Fotografía del interior de un aljibe que se incluye en uno de los informes.
“Una inmensa esponja”
Los recursos del acuífero coinciden en la práctica con la totalidad de la cantidad de lluvia medida en los pluviómetros, sin tener que descontar la evaporación, que es prácticamente nula, ni tampoco el porcentaje de escorrentía. Lo que diferencia al malpaís de otros terrenos, entre otras cosas, es su capacidad para absorber el agua de lluvia.
El estudio califica como “una inmensa esponja que capta la lluvia y la preserva hacia sus entrañas”. “O usando un símil local: es como si fuera un inmenso aljibe cuya alcogida es su techo. Esta es la contribución que la Naturaleza ha dado para compensar por la destrucción de los campos de cultivo, proporcionar un acuífero con el que satisfacer la siempre angustiosa necesidad de agua que ha padecido el habitante de esta isla”, señala el informe, que concluye que “por tanto está claro que existe un acuífero asociado al malpaís de Timanfaya, deducido por la elevada permeabilidad del malpaís y por la altísima tasa de infiltración que compensa la baja pluviometría”.
Según el informe, solo resta por averiguar cuál es el zócalo del acuífero, es decir, la parte inferior. La hipótesis más desfavorable sería que el nivel inferior de las prospecciones e incluso de la posible explotación del acuífero sería el nivel del mar.
Estructura del acuífero.
La calidad del agua
Otras de las dudas reside en la cantidad de agua que se puede extraer o de agua que se puede aprovechar, entre otras cuestiones, por su calidad. En este sentido, se ha comprobado que la circulación del agua por el acuífero genera una mineralización de las aguas subterráneas aumentando la conductividad en tres veces el valor que tenía al comienzo de su infiltración.
Además “le cambia su quimismo, comenzando la infiltración como aguas bicarbonatadas y acabándolas como cloruradas, gracias al aporte de las aguas de recarga que lavan los cloruros que continuamente aportan las brisas del mar y prevaleciendo este aporte sobre el de la mineralización progresiva por la circulación del agua en el acuífero, aun teniendo como zócalo un terreno encalichado por el que discurre”.
Por tanto, la conclusión es que “la calidad del agua que cabe esperar estará marcada por ese aporte continuo de cloruros y en parte por el discurrir por encima de los paleosuelos y por el aún más lento discurrir por los terrenos de las alineaciones que tiene una permeabilidad mucho menor”. El agua debería presentar un mayor grado de mineralización que la previsible cuando se tenía en cuenta que el acuífero solo discurría por los terrenos de Timanfaya.
El exconsejero del Cabildo de Lanzarote por Podemos, Carlos Meca, señala que estos informes confirman lo que ya anunciaron en su momento, tras el encargo del primer análisis, y es que merecía la pena seguir investigando. Confirma también que las cantidades de agua que habría en el acuífero son similares a las que se barajaban inicialmente, así como que el nivel de evaporación es mucho menor de lo que se esperaba.
Meca destaca que merece la pena seguir haciendo estudios para ver la viabilidad de aprovechar este agua, su calidad y su modo de extracción, y afirma que si el Consorcio ha puesto 200.000 euros en los presupuestos para este año para continuar con estos informes es porque “esto va en serio”.
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