La asociación Majadas de Mina reclama al Juzgado que se cumpla el testamento, que preveía que el edificio pasase a manos del Hospital si sufría abandono, como ha sucedido
El Juzgado admite a trámite la demanda para retirar al Obispado la propiedad de la casa modernista de Lanzarote
La asociación Majadas de Mina reclama al Juzgado que se cumpla el testamento, que preveía que el edificio pasase a manos del Hospital si sufría abandono, como ha sucedido
El Juzgado de Primera Instancia número 4 de Arrecife ha admitido a trámite la demanda interpuesta por la asociación Majadas de Mina contra el Obispado de Canarias en la que se reclama que se le retire la propiedad de la casa modernista de Caleta de Famara, en el municipio lanzaroteño de Teguise, que recibió a la muerte del filántropo Luis Ramírez y que ha dejado que se deteriore de forma grave en los últimos años.
El colectivo, presidido por Silvano Corujo, ha intentado que el Obispado asuma su responsabilidad en la conservación del inmueble, uno de los más significativos de la Isla. El pasado 10 de octubre se celebró un acto de conciliación entre ambas partes en un Juzgado de Gran Canaria, “sin posibilidad de diálogo”, señala Corujo en la demanda.
El procedimiento judicial se sustanciará ahora en un Juzgado de Arrecife, que en una resolución dictada el martes de la semana pasada emplazaba al Obispado a contestar a la demanda en un plazo de 20 días hábiles.
La demanda se dirige contra Francisco Cases como responsable del Obispado de Canarias, “dueño de pleno dominio” de la casa modernista de Caleta de Famara. En la misma se pide que se dicte una sentencia que declare la “obligación” del Obispado a “haber mantenido en buen estado” el edificio, una “condición” que puso Luis Ramírez en su testamente.
También se reclama que el Juzgado declare que “por causa de la dejadez” del Obispado el inmueble se encuentra en peligro de derrumbe. De hecho, de la característica fachada de la casa, decorada con elementos de fauna marina, han ido desprendiéndose buena parte de las piezas. Ya el pasado verano el Ayuntamiento de Teguise tuvo que vallarla por los desprendimientos.
La intención del colectivo presidido por Silvano Corujo es que se cumpla el testamento de Luis Ramírez, en el sentido de que, al no haber cumplido el Obispado con su deber de conservación, el inmueble pase “al Hospital de Dolores de Arrecife, hoy Hospital Insular de Lanzarote, para que haga de él lo que crea conveniente”. El Hospital Insular depende del Cabildo, si bien su funcionamiento ha pasado a ser gestionado por el Servicio Canario de Salud.
“Joya arquitectónica”
En el testamento de Luis Ramírez, elaborado en 1935 y materializado en 1954, tras haber fallecido cuatro años antes en Barcelona, cuando iba camino de Roma, el filántropo dejaba claro que el edificio, conocido como el ‘hotelito’ de Caleta de Famara, fuera “conservado en buen estado, ya que en él ha puesto todo o más de lo que era dable dotarlo”.
“Si por algún concepto o abandono de sus dueños, dicho hotel tendiese a derruirse, pasará íntegro, y con cuanto le es anexo y perteneciente, al Hospital de Dolores de Arrecife, para que haga de él lo que crea conveniente”, se añadía en el testamento. Una última voluntad que la asociación presidida por Silvano Corujo considera que se ha incumplido por parte del Obispado.
El inmueble, destaca la asociación que ha demandado al Obispado, está considerado “una joya arquitectónica única de la isla de Lanzarote, un emblemático edificio de estilo modernista, capricho de un hombre que adoraba el arte, e implementado por dos exquisitos maestros albañiles de la Isla”, que “hoy se derrumba, y se cae a pedazos, suponiendo un peligro grave para los colindantes, los vecinos y los viandantes”.
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