La Plataforma de Vendedores Ambulantes quiere que vuelva el mercadillo, aunque sea con turnos y relata la situación crítica de algunas familias, mientras que el Ayuntamiento de Teguise dice que no se puede garantizar ni la salud ni las ventas: “Les estamos haciendo un favor”
El mercadillo de Teguise, el segundo más grande de España, aún no vuelve
La Plataforma de Vendedores Ambulantes quiere que vuelva el mercadillo, aunque sea con turnos y relata la situación crítica de algunas familias, mientras que el Ayuntamiento de Teguise dice que no se puede garantizar ni la salud ni las ventas: “Les estamos haciendo un favor”
Parecía que iba a volver, pero no. El resto de los mercadillos de la Isla, como Arrecife, San Bartolomé o Haría, ya han reanudado su actividad, pero el de Teguise, el más grande, con diferencia, y el más antiguo, no lo hará, aunque el propio Ayuntamiento llegó a barajar la posibilidad de que volviera a principios de agosto.
En una reunión celebrada el 3 de julio se abordó esa posibilidad, basada en un Plan B, que consiste en reunir los puestos en la zona de La Mareta y aledaños. Fuentes de la Plataforma de Vendedores Ambulantes señalan que “todo el mundo estaba de acuerdo, tanto el Ayuntamiento como los vendedores y los comerciantes de la Villa”.
“Solo era un tanteo”, responde el concejal Eugenio Robayna, que asegura que es muy complicado que el mercadillo vuelva en las actuales circunstancias y con las actuales condiciones. “No puedo acotar un pueblo, no puedo decirles a los vecinos que no pueden entrar en su casa”, dice el concejal.
Desde la Plataforma, que agrupa a vendedores de todo tipo, afirman que la solución tampoco convencía a todos, pero que se aceptó porque “era una manera de empezar poco a poco” y después ver si se podía avanzar por otras calles si no surgían problemas.
Consideran que “por mucha gente que vaya al mercadillo, no va haber las aglomeraciones de antes porque no hay tantos turistas”, pero insisten en que es necesario abrir porque para muchos mercadilleros el de Teguise supone su principal fuente de ingresos.
Para que se celebre el mercadillo es necesario, según las normas sanitarias, que el recinto esté cerrado, que haya una zona de entrada, otra de salida y un itinerario, que se garantice la distancia personal, que haya geles en cada puesto, que los mercadilleros monten y desmonten y que se turnen porque no pueden montar todos cada domingo.
En el mercadillo, según el Ayuntamiento, hay 450 concesiones, más de 30 restaurantes y más de 40 tiendas. En invierno lo visitan entre 6.000 y 8.000 personas cada domingo y en verano, más de 10.000, muchas más de las 1.300 como máximo permitidas por las autoridades sanitarias.
“El mercadillo de Teguise es el segundo más grande de España después del Rastro de Madrid”, dice Robayna. El concejal dice que finalmente la propuesta técnica es más restrictiva y que solo caben 60 puestos cada domingo. “Estamos obligando a montar el puesto una vez cada dos meses”, explica.
Fuentes de la Plataforma creen que no se incorporarían todos, porque a algunos no les interesará ir en esas condiciones, y creen que el Ayuntamiento no les ha explicado de forma clara los motivos por los que no se abre de nuevo porque se escuda en una decisión técnica que apunta al mes de octubre como fecha de apertura.
Consideran que es una decisión arbitraria que no responde a ningún criterio, ya que no hace falta ni ampliar ni cambiar el plan de seguridad. Ponen los ejemplos de dos mercadillos, el de Haría, que, en su opinión, muestra la diferencia entre tener voluntad y no tenerla “o hacer un esfuerzo o no hacerlo”, y el de Valencia, que se está haciendo y también es al aire libre.
“No creemos que sea el mayor peligro y no se ha dado un solo caso en un mercadillo, que se conozca”, aseguran. Y después, la parte social y económica: “Hay gente que lo está pasando muy mal y llama a la Plataforma para saber cuándo vuelve el mercadillo, y es que hay gente que está protegida porque tiene todo en regla, pero desafortunadamente hay otros que no lo están. La situación económica es durísima”, dicen. Aseguran que ya está todo abierto en todos lados y que la indefensión es total: “No nos pueden dar largas hasta el año que viene porque la situación de algunos es dramática”.
Desde el Ayuntamiento, Robayna no lo ve claro. Dice que muchos, que son autónomos, están cobrando ayudas y deberían dejar de cobrarlas para poder montar cada domingo. “Además, tampoco es solución porque casi no hay turistas, así que les estamos haciendo un favor”, ya que “no van a vender tanto como creen”, señala.
El edil apunta a que están pendientes de este asunto cada semana por si cambian las condiciones o las normas o si vuelve el turismo inglés. “Mejor hacerlo bien y que no nos cierren el pueblo”, dice el concejal.
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