Certifica la condena de 29 años y 9 meses de cárcel para uno de ellos por los delitos de asesinato con alevosía, detención ilegal y utilización ilegítima de vehículo a motor y otros 26 años y nueve meses de cárcel para otra persona
El TS ratifica las condenas a los asesinos del empresario Raimundo Toledo en Tenerife
Certifica la condena de 29 años y 9 meses de cárcel para uno de ellos por los delitos de asesinato con alevosía, detención ilegal y utilización ilegítima de vehículo a motor y otros 26 años y nueve meses de cárcel para otra persona
El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado las penas impuestas a los dos condenados por el asesinato del empresario Raimundo Toledo, ocurrido en 2015 en Tenerife.
En una sentencia, la Sala de lo Penal del Supremo confirma las penas de 29 años y nueve meses y de 26 años y nueve meses impuestas a A.R.R y a S.P.R., respectivamente, impuestas por la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife en el juicio celebrado en 2019.
Una nota del Tribunal desestima los recursos de casación planteados por los dos condenados y confirma la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que, a su vez, ratificó el fallo de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife que impuso a ambos las citadas penas.
Esta sentencia condenó a Alexander .R.R. por delitos de asesinato con alevosía, detención ilegal y utilización ilegítima de vehículo a motor; y a Sandra P.R. por delitos de asesinato con alevosía, detención ilegal, daños mediante incendio y simulación de delito.
También condenó a 10 años de prisión por delitos de detención ilegal y de utilización ilegítima de vehículo a motor a D.C.G.G., que no recurrió su condena al Tribunal Supremo.
Los hechos ocurrieron el 15 de febrero de 2015 cuando Alexander en un plan acordado con Sandra, y ayudado por el tercer acusado, obligó con violencia al empresario a subirse a su coche y lo condujo hasta San Isidro.
Debido a la violencia y a los golpes recibidos, el empresario falleció y Alexander prendió fuego al vehículo en cuyo maletero había escondido el cadáver de la víctima.
Sandra era la pareja de un sobrino del empresario con el que era partícipe de diversas sociedades que generaban importantes beneficios, hecho que conocía Sandra que esperaba con la venta de esas sociedades, recibir una gran cantidad de dinero que ella manejaría.
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