El suicidio es la primera causa de fallecimiento no natural en España. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que es el mayor problema de salud pública en Europa y las víctimas triplican a las de los accidentes de tráfico.

“Hay que hablar claramente del suicidio porque si no, no lo podremos prevenir”, señala Marta Ceñal, citando a la OMS, que añade que la información es una medida contra el suicidio porque “permite hacer llegar a las personas una esperanza de futuro”.

Primero fue una página de Facebook, El descanso de Pedro, que nació con la intención de formar una asociación y que se ha acabado convirtiendo en un Grupo de apoyo mutuo. Marta es su promotora.

Hace dos años se suicidó su hijo Pedro, de 23 años, y cree que el duelo se puede llevar mejor si es compartido y, sobre todo, cree que su experiencia y la de otras personas puede ayudar a prevenirlo.

“Hablar previene el suicidio”, sostiene. También señala la importancia de que se hable del suicidio en los medios de comunicación para darle visibilidad y hacer que las administraciones se ocupen del problema. “Hay que dar publicidad a la prevención, es importante”, insiste.

El Grupo de apoyo nació en el mes de julio. El psiquiatra Julio Santiago, cuenta Marta, les aconsejó que en lugar de una asociación, probaran primero con esta fórmula que permite compartir las experiencias.

Las reuniones se llevan a cabo en el local que les cede Cáritas en la calle Triana de Arrecife y se celebran cada miércoles entre las 20:00 y las 21:00 horas. Ya se han sumado a esos encuentros, de forma regular, entre 15 y 16 personas.

Cada día se propone un asunto diferente. Se ha tratado sobre el suicidio en niños o adolescentes. Otro día acudió un responsable del 112 y otro una persona de la Policía Nacional con el objetivo de contar cómo son los protocolos que se siguen desde estos cuerpos.

Está prevista la visita de personal sanitario y ya hubo un encuentro con una persona que trabaja en cuidados paliativos, para hablar del proceso de duelo, y de un especialista de la asociación Acompañar, que también trata sobre este proceso. “Hablar del tema de la muerte te hace ver la muerte de otra manera, eso ayuda mucho”, dice Marta.

Además, los asistentes van proponiendo temas o realizando testimonios personales y también hay sesiones que dinamiza una psicóloga voluntaria, que enseña a los asistentes la escucha activa.

“Somos gente que tenemos algo en común y es importante hablar con alguien que haya pasado por lo mismo”, dice Marta, y no se refiere solo a que todas las personas que acuden al Grupo tengan familiares que decidieran suicidarse.

De hecho, la mayoría de los que van son personas que han pensado en hacerlo o que conviven con personas a las que la idea del suicidio les ronda o les ha rondado por su cabeza. ¿El perfil? “No hay perfil”, contesta Marta. Ni por edad, ni por condición social.

Entre esas personas las hay quienes han tenido momentos duros de depresión o familiares de esas personas que quieren saber cómo afrontarlo, cómo ayudarles, u otros que lo superaron hace tiempo y que lo quieren contar. “El hecho de ir a las reuniones es un paso importante para evitar el suicidio”, dice Marta.

La ansiedad es una de las acompañantes más comunes de las que acuden a las reuniones, pero se puede combatir. “Una de las participantes ya ha manifestado que el Grupo le está ayudando mucho y tenemos que unirnos para apoyarnos unos a otros”.

El Grupo se completa con otro grupo, virtual, en este caso de WhatsApp, donde se ofrece la posibilidad de que se convierta en una herramienta de aviso para acudir a domicilio si alguien lo necesita.