El artista nacido en 1907 en Fuerteventura estudió en la Escuela Luján Pérez de Gran Canaria, que cumple un siglo mientras recuerda a las grandes figuras que, como él, se formaron alguna vez entre sus muros
Juan Ismael brilla en Vegueta
El artista nacido en 1907 en Fuerteventura estudió en la Escuela Luján Pérez de Gran Canaria, que cumple un siglo mientras recuerda a las grandes figuras que, como él, se formaron alguna vez entre sus muros
La pintura desborda la habitación donde conversan Orlando Hernández y Ramón Ramírez, director y secretario de la Escuela Luján Pérez. En el otro extremo de la planta del vetusto edificio de Vegueta donde se ubica la institución, finalizan las clases infantiles. Padres, madres, abuelos y abuelas aguardan por la chiquillería en las escaleras y en los exteriores del inmueble. “Sin la Escuela nada habría sido igual en el arte en Canarias”, subraya Orlando mientras Ramón asiente con la cabeza, rodeados ambos por los cuadros que se aferran a las paredes y proclaman desde ahí el imperio y el bello caos de la creatividad.
La Escuela Lujan Pérez celebra este año un siglo de existencia, una oportunidad que ha servido para desempolvar muchas de sus historias y de quienes por aquí pasaron y se formaron. Entre ellos un joven de apenas veinte años nacido en 1907 en La Oliva (Fuerteventura), Ismael Ernesto González Mora, un artista fallecido en 1981 en Las Palmas de Gran Canaria y que resplandece con letras de oro en el paisaje artístico nacional con el nombre de Juan Ismael.
Orlando y Ramón se dirigen ahora hacia otra sala destinada a tareas administrativas. En una esquina, cerca de una estantería, como si de cualquier cosa se tratara, cuelga un cuadro de notables dimensiones firmado por Juan Ismael. Una huella más de la profundidad artística de una institución por la que también desfilaron Felo Monzón, Cirilo Suárez, Paco Sánchez, Plácido Fleitas, Jesús Arencibia o Eduardo Gregorio, por citar tan sólo algunos nombres de absoluta referencia en el panorama artístico insular.
De uno de los estantes, Orlando extrae un ejemplar de La Escuela Luján Pérez. 100 años, un libro que forma parte del amplio programa de actividades previsto a lo largo de 2018 con motivo de tan redondo aniversario. En el prólogo, el propio presidente-director de la academia artística subraya que la Escuela navega hacia el futuro con la misma bandera, “el respeto a la libertad de acción del aprendizaje del artista”, estandartes a los que añade conceptos innegociables como “la autenticidad” y “la innovación”. Una de las páginas del tomo se ilustra con un reconocible ‘fotocollage’ de Juan Ismael fechado en torno a 1970.
A la derecha, cuadro de Juan Ismael que se conserva en la Escuela Luján Pérez.
Implicado en la fundación de grupos dinamizadores de las artes, tanto a nivel local como nacional, Juan Ismael se enroló en proyectos como ADLAN (Amigos de las Artes Nuevas, 1935), PIC (Pintores Independientes Canarios, 1947), LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo, 1950), y se mantuvo siempre atento a los múltiples enfoques que hoy atestiguan el fundamento de las vanguardias históricas.
La Escuela Lujan Pérez celebra este año un siglo de existencia, una oportunidad que ha servido para desempolvar muchas de sus historias y de quienes por aquí pasaron
Transitó los entonces emergentes movimientos indigenista, surrealista, el realismo mágico y la pintura metafísica, convirtiéndose en uno de los grandes buques insignia del surrealismo en Canarias. Según algunos estudios críticos, y como se apunta también en el diccionario de autores del Centro Atlántico de Arte Contemporáneo (CAAM), “coetáneo de las figuras universales reconocidas de este movimiento artístico, estaría dimensionado en igualdad de condiciones si la coyuntura histórica y geográfica de su vida y de su tiempo hubiera devenido de otra manera”.
Juan Ismael se comprometió con la dimensión social y pedagógica del Arte. Quizás le gustaría saber que en esta centenaria Escuela Luján Pérez se le recuerdan con cariño y respeto, que uno de sus cuadros respira en el corazón de la institución y que hace poco una alumna ofreció una pequeña charla sobre su legado, una tarde cualquiera, iluminando e inspirando conciencias mientras el empedrado de Vegueta recibía en cambio las primeras sombras de la noche.
Fotocollage de Juan Ismael incluido en el libro ‘La Escuela Luján Pérez. 100 años’.
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