Las instalaciones superan todos los límites legales, según el estudio de Inspección Ambiental que encargó el año pasado el Gobierno de Canarias, desvelado por la asociación de vecinos Los Hornos
La central de Endesa no cumple la normativa de ruidos y vibraciones “ni en días idílicos”
Las instalaciones superan todos los límites legales, según el estudio de Inspección Ambiental que encargó el año pasado el Gobierno de Canarias, desvelado por la asociación de vecinos Los Hornos
La asociación de vecinos Los Hornos del Charco ha dado a conocer los resultados del estudio de inspección ambiental de la central eléctrica de Endesa de Puerto del Rosario, donde se recoge el exceso de ruidos, humos, contaminación y vibraciones de esta industria ubicada dentro de la ciudad.
“No cumplen ni en días idílicos, como sucedió en el momento de la recogida de muestras, con un clima casi ideal, ni estando incluso en alerta la empresa Unelco al conocer las mediciones que se estaban realizando en esos días en el exterior”, destaca la presidenta del colectivo vecinal, Mariola Ceballos, que ha recibido las conclusiones del citado estudio desde la oficina del Diputado del Común.
La alusión a los días ideales está relacionada con la toma de las muestras que se recogieron casualmente en jornadas casi perfectas, sin viento ni calima, con unas condiciones meteorológicas muy buenas, en febrero y marzo de 2017.
“Durante el estudio se analizó el ruido y las vibraciones en al menos seis puntos en la envolvente de la central con la ayuda y colaboración de los residentes, que abrieron sus casas a una empresa especializada, contratada por el Gobierno de Canarias y procedente del norte de la Península”, expone la presidenta del colectivo.
“La conclusión es que la central incumple en la reglamentación de ruidos en la franja horaria nocturna y se halla al límite por el día”, explica Ceballos sobre el informe. Además, añade que “pese a la modificación del reglamento municipal, en el barrio del Charco no se cumple con la normativa de ruido, según recoge el informe, como consecuencia del paso de aviones y tráfico rodado en cualquier horario”.
Las mediciones se ejecutaron con unos aparatos que se colocaron en las azoteas de varias casas y se dejaron por espacio de 24 horas. Concentración de níquel “Los niveles de níquel se superaron en un cien por cien, se disparan las emisiones de dióxido de carbono”, y en “numerosos puntos” pone “no evaluable”, informa la representante vecinal.
También refleja que las vibraciones en la calle Barquillos y transversales alcanza los cinco puntos y, de esta forma, “se superan los niveles establecidos” en la normativa, detalla Ceballos. “En ruidos ponen como excusa el paso de aviones, que contribuyen a superar los decibelios pero hay que pernoctar en El Charco para saber las explosiones, ruidos, gases y vibraciones que hemos soportado en los últimos meses”, destaca.
Carmen Delia es vecina de El Charco y responsable de la dulcería del barrio. Reside en la calle Juan de Austria, esquina con la calle Barquillos y afirma que se nota la contaminación en la ropa tendida: “Se queda negra y con olores del hollín de las chimeneas, que están siempre echando humo. Y cada vez más motores, más ruidos, más contaminación y más problemas con la central eléctrica que está en plena ciudad”, afirma molesta.
Seguidamente, añade que eso no es nada para lo que sufren los residentes de los inmuebles que están al lado del muro de la central, “donde la mancha de residuos sale por fuera de la estación”. Los vecinos exigen a las autoridades que tomen cartas en el asunto de una vez y trabajen para proteger la salud de las familias.
“En la mesa redonda dedicada a la central, que se celebró en el centro polivalente de El Charco, el alcalde y demás autoridades se comprometieron a instalar paneles informativos sobre la calidad de aire, pero nunca cumplen”, lamenta Óscar Hernández, miembro de la asociación vecinal.
También solicitaron la elaboración de un informe epidemiológico con el historial médico de las familias de este barrio, “ya que son muchas las personas que han fallecido por diversas enfermedades en los últimos años, y sería bueno conocer las causas de mortalidad de la población residente de la zona y tener más datos sobre la calidad de vida de nuestro barrio”, apostilla Hernández.
Decibelios que vulneran la normativa
En el informe se destaca que la ordenanza de ruido vigente en Puerto del Rosario establece en zonas residenciales, como el barrio de El Charco, el límite máximo de ruido en 55 decibelios durante el día y 45 decibelios por la noche. En las mediciones efectuadas en cinco zonas distintas, en los cinco puntos se sobrepasaba por la noche ese límite, con mediciones de entre 51 y 54 decibelios.
En cuanto a los registros de día y de tarde, “los niveles obtenidos”, señala el estudio, “incumplen el límite fijado”. A pesar de la cercanía a las viviendas, el informe mantiene que “no se puede comprobar” si la vulneración de ruidos se produce en exclusiva por la central, por la “incidencia de focos ajenos”, como el “tráfico”.
Comentarios
1 Pepe Mar, 16/10/2018 - 12:37
2 AAVV. Las Lojas Mar, 16/10/2018 - 14:20
3 Ardilla mentecata Mar, 16/10/2018 - 18:30
4 Jacamora Mié, 17/10/2018 - 06:35
5 Celia Mié, 17/10/2018 - 06:56
6 AAVV. Las Lojas Mié, 17/10/2018 - 10:44
7 Jacamora Mié, 17/10/2018 - 11:36
8 Ardilla mentecata Mié, 17/10/2018 - 20:35
Añadir nuevo comentario