La Asociación Entre Mares se ha visto obligada a cerrar de nuevo el Servicio de Atención, Asesoramiento e Información a la Población Migrante (SAAIM) ante la falta de financiación por parte del Cabildo de Fuerteventura que sigue sin dar respuesta a la solicitud de un convenio de colaboración.

Los miembros de Entre Mares han explicado en una rueda de prensa que la situación les ha obligado a echar el cierre después de que en octubre de 2014 empezaran a prestar asesoramiento a la población migrante, primero solos y, más tarde, con la ayuda de Raíz del Pueblo, además de dar cuenta de la memoria de 2019, año en el que atendieron a 1.649 usuarios.

El presidente de la Asociación, Faisal Elatifi, ha explicado que el SAAIM tuvo que cerrar en diciembre del año pasado las puertas “hasta que se volviera a dotar de fondos el proyecto”.

Sin embargo, la necesidad de dar continuidad a algunos expedientes y el repunte en la llegada de personas en situación irregular hizo que el servicio volviera a reabrirse dos días por semana para poder atender situaciones “en muchos casos sangrantes”.

La falta de ayudas y la apertura de una oficina de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Puerto del Rosario ha hecho que Entre Mares se replantee la situación y haya decidido, finalmente, poner fin al servicio.

Faisal Elatifi ha recordado que desde septiembre del año pasado se han venido manteniendo contactos con el Cabildo de Fuerteventura con la intención de suscribir un convenio de colaboración que “permita dotar de fondos suficientes al SAAIM para poder prestar sus servicios en 2020”.

Sin embargo, la Asociación Entre Mares continúa “a día de hoy sin noticias sobre la resolución de la solicitud” por parte del Cabildo de Fuerteventura.

Por su parte, el secretario de Entre Mares, Marcos Rodríguez, ha apuntado la necesidad de que la organización continúe prestando el servicio en Fuerteventura dado que “ninguna institución de la isla lo presta” en unos momentos en los que se está produciendo un repunte en la llegada de personas por aeropuertos o jugándose la vida en el mar.

Asimismo, ha denunciado que el trabajo desarrollado en el SAAIM “intenso y profesional” se ha tenido que ver sostenido, en ocasiones, por el voluntariado ante la falta de respuesta de las administraciones.

El servicio de atención a la población migrante en Fuerteventura atendió en 2019 a 1.649 usuarios. Asimismo, más de un 63% de los nuevos expedientes abiertos el pasado año corresponden a personas que están en situación administrativa irregular.

El SAAIM recibió el pasado año 234 consultas sobre autorización de residencia, residencia y trabajo, sumadas a las de arraigo social (90), arraigo laboral (14), arraigo familiar (76) y 234 relacionadas con otros procesos de obtención de autorización.

Según la técnica del SAAIM María Greco, estos datos “muestran la clara demanda” por parte de la población inmigrante que, “si bien está residiendo en la isla, aún no ha podido regularizar la situación administrativa”.

Tras estos datos, Greco ha puesto sobre la mesa el estado en el que se encuentran cuatro personas mayores de 65, entre ellas una de 86 años, que se hallan en situación administrativa irregular después de haber estado regularizados, en uno de los casos casi 20 años.

El SAAIM también recibió en 2019 numerosas consultas relacionadas con sanidad, la mayor parte tenían que ver con “la vulneración” en la isla del derecho a la asistencia sanitaria gratuita reconocida a la población inmigrante en situación irregular y a todas las personas en los casos de urgencias, menores y embarazadas.

En este sentido, María Greco ha denunciado que se siguen facturando las urgencias tanto en los centros de salud de la isla como el hospital a pesar de la modificación del decreto 16/2012 que busca recuperar la sanidad universal.

Asimismo, han apuntado que “la exclusión social es ya un hecho entre la población migrante de la isla” y han señalado el éxodo masivo de personas latinoamericanas que están abandonando sus países por la inestabilidad política y social en la que se encuentran inmersos lugares como Venezuela, Colombia, Argentina, Chile, Bolivia o Ecuador.