Misael, de 34 años, emprendió en febrero un soñado viaje a Cuba que terminó convirtiéndose en un pesadilla. Tenía previsto regresar el 29 de marzo, pero tres días antes lo confinaron y ha tardado 53 días en volver a pisar suelo canario.

Este lunes a primera hora de la tarde, su madre, Rosa Alicia Pérez, a la que todos en la urbanización El Gramal de La Laguna conocen por Mimi, esperaba angustiada en el aeropuerto de Fuerteventura la llegada del vuelo de su hijo procedente de Madrid. Tenía que haber aterrizado a media mañana, pero una avería lo retrasó varias horas.

Una ligera demora que no es nada en comparación con los casi dos meses que Misael ha tardado en salir de Cuba. "Fue a dar con la novia, se iba a quedar dos meses y el 26 de marzo lo confinaron", señala su madre, que critica las dificultades con las que se han encontrado los españoles que querían regresar.

Al principio les prometieron un vuelo, "del que nunca se supo". Rosa Alicia emprendió entonces una batalla para lograr traer a su hijo de vuelta: "Todos los días me pasaba horas llamando, al Ministerio de Asuntos Exteriores, al servicio de emergencia consular en España, en La Habana... esto ha sido mi vida casi dos meses".

La madre del joven también se dirigió al diputado del Común. A "Víctor" le mandó mensajes por Instagram. Mimi se refiere a Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias. No ha quedado instancia a la que no haya recurrido. "Ha sido una tristeza grande que nadie te ayude ni te dé respuesta", lamenta. "Ha sido horrible, lo hemos pasado muy mal".

Destaca la "presión" que ejercieron otros españoles en Cuba, a través de los medios de comunicación. "Hay que mencionar sobre todo a Santiago Viejo, un chico de Badajoz, porque estoy segura de que si no hubiese salido en la televisión y en los periódicos no hubiesen puesto el avión", sostiene.

El avión fletado por el Gobierno español, de la compañía Iberia, despegó de La Habana el domingo y llegó a Madrid el lunes. Le costó unos 400 euros. Un gasto más que se suma a la cuenta de una estancia inesperada en Cuba, que estima en más de 3.000 euros.

De Holguín, la ciudad en la que estaba Misael y en donde se quedó al principio del confinamiento, tuvo que trasladarse a un hotel de La Habana. "Hemos mantenido el contacto gracias a que le cargábamos el móvil, porque no había ni wifi en el hotel", recuerda.

"El Gobierno dice que no va a poner un avión para cada persona que está fuera, pero hay muchos pidiendo ayuda", destaca Mimi. "¿Cuánta gente no se ha quedado tirada, sin poder regresar a su país?", se pregunta. "Los canarios también somos españoles y se han olvidado de nosotros completamente. Hay que dejarlo bien claro".