FUERTEVENTURA

La población mayor de Puerto del Rosario protesta por el abandono institucional del Centro de Día

El inmueble no cumple con la Ley de Accesibilidad y los usuarios reclaman la instalación de un restaurante, nuevos servicios, mejoras en limpieza y la modernización de todas las dependencias

Mayores vinculados al centro de día. Foto: Carlos de Saá.
Itziar Fernández 0 COMENTARIOS 02/02/2020 - 09:01

El estado de abandono y las deficiencias registradas en el Centro de Mayores de Puerto del Rosario en los últimos meses ha agotado la paciencia de los más de 2.000 socios del Hogar, que aseguran que funciona “sin rumbo y a la deriva”.

Ante la falta de proyectos e iniciativas para mejorar este edificio y el precario mantenimiento del mismo, así como las deficiencias en la organización de nuevos programas y servicios, los mayores se han movilizado y han iniciado una serie de protestas para exigir que se destinen recursos económicos.

“Hemos sido testigos del escaso interés y el olvido de los gobiernos e instituciones locales y del Gobierno de Canarias con en este edificio, del que quieren echarnos, claramente, para luego convertirlo en dependencias públicas, por su buena ubicación en la capital”, afirma una de las integrantes de la junta directiva, María de los Ángeles Domínguez.

La representante de los mayores reitera que no lo van a permitir y que van a “luchar” para conseguir su modernización y que siga siendo un centro de día para mayores en Puerto del Rosario.

“Se averió el ascensor, creíamos que lo iban a reparar, pero no, lo clausuraron, y ahora las personas con escasa movilidad, que usan bastón o andador, no pueden subir a la parte alta, donde celebramos juegos y se ofrece gimnasia y actividades, ni tampoco pueden descender al salón de actos de la parte baja”, dice enfadada María de los Ángeles.

Así, personas con dificultades para desplazarse sólo pueden disfrutar de las actividades que se imparten en la planta central, “incumpliendo la Ley de Accesibilidad”, indica María de los Ángeles.

“Han ocupado varias salas del centro para oficinas, con la instalación de aire acondicionado, pero nosotras  en la sala de gimnasia tenemos un ventilador que aportó de forma gratuita un participante. Por si fuera poco, nos quitan dependencias que podemos utilizar para talleres y ocio”, critica esta asidua usuaria.

“El servicio de limpieza se reduce a cuatro horas, en un edificio con tres baños y varios salones, que reúne a cientos de jubilados cada día, y, por lo tanto, es bastante precario”, detalla María de los Ángeles.

Además, añade, la gota que colmó el vaso fueron los cortes en el abastecimiento de agua y suministro eléctrico que se registraron el pasado enero. Fue entonces cuando se descubrió que “había ocho recibos pendientes de pago”.

Así, los mayores preguntaron: “¿Qué gestión se realiza desde la dirección, la trabajadora social del centro, y dónde están los recursos que nos prometieron años atrás?”. El centro se cerró varios días por la falta de luz. Finalmente se pagaron los recibos y se retomaron las actividades, pero las carencias persisten.

Como integrante de la junta directiva, María Ángeles relata que el centro cuenta con un programa de dinamización, que incluye talleres, clases de gimnasia, cursos de informática, manualidades y música, con la rondalla.

No obstante, destaca que “se podrían hacer muchas más actividades, como charlas con profesionales sanitarios, ya que nos interesa conocer las características de enfermedades o dolencias relacionadas con la diabetes, artritis, alzhéimer, demencia senil, afecciones auditivas, oculares y operaciones de cataratas”. En este sentido, insiste en que muchos socios acudirían a estas charlas con los profesionales sanitarios, pero “de momento, no hay nada nuevo”.

Otra petición de los usuarios es la apertura de un restaurante que proporcione menús y almuerzos porque muchas personas mayores quieren comer juntas, se sienten solas y, en lugar de cocinar en casa, prefieren costearse un menú diario, “pero no existe ningún servicio de comida ni de hostelería salvo unas máquinas”, lamentan indignados.

“Son muchas las personas que se presentan en este centro cada día porque acaban de jubilarse y quieren hacerse socias, pero se van sin conseguirlo. La responsable de información de la puerta principal está de baja y no se ha sustituido, así que, de forma voluntaria, algún mayor hace esa función, para que los interesados no se marchen sin tramitar su tarjeta y podamos aumentar nuestro número de asociados”, comentan.

Ante tantas carencias, los mayores de la capital organizaron una manifestación por las calles de Puerto del Rosario el pasado 31 de enero para exigir que se modernice el inmueble y que sea un centro de referencia en Canarias, dado que cuenta con un importante volumen de participantes y con el apoyo de toda la sociedad majorera, que acude siempre a la llamada de la tercera edad.

Diputado del Común

“El listado de deficiencias que hemos recogido ha sido llevado también al Diputado del Común, que acudió a visitar el edificio el pasado 30 de enero para comprobar el estado del inmueble, valorar el trabajo que se puede hacer para mejorarlo y hacer posible su renovación, cumpliendo con la ley de accesibilidad y las normas para las personas mayores”, indica María de los Ángeles.

Asimismo, la junta directiva del centro anuncia que hará un seguimiento de las promesas anunciadas por el grupo de gobierno municipal en el Ayuntamiento de Puerto del Rosario, que dirige el alcalde socialista Juan Jiménez, y que se comprometió a atender las demandas de los usuarios y buscar los recursos para su renovación integral.

Desde los años 90

Hay que recordar que desde su apertura, el 2 de abril de 1992, por el entonces presidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra, y el consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la época, Julio Manuel Pérez, el centro no ha parado de crecer en programas, aglutinar ilusiones y trabajo  entre sus asociados y trabajadoras para conseguir que sea un espacio de convivencia y de formación constante.

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