El pasado 17 de junio, la Policía Nacional detuvo en el aeropuerto César Manrique-Lanzarote a un ciudadano albanés de 19 años con pasaporte falso. Se hacía pasar por italiano y quería viajar a Dublín. Siete días antes, ocurría lo mismo. En esta ocasión, el joven albanés tenía 24 años y el pasaporte era búlgaro.

El 31 de octubre, dos jóvenes albaneses, de 20 y 26 años, intentaron viajar a Reino Unido con pasaporte italiano desde Fuerteventura. La Policía informa de estas detenciones como un goteo. Se repiten cada semana.

El aeropuerto en el que más se repite esta escena es el de Lanzarote, pero también se da en Fuerteventura y, en menor medida, en Gran Canaria. Los agentes de la Policía Nacional, e incluso el personal de las aerolíneas en las que llegan los jóvenes de Albania, están acostumbrados ya a detectar estos casos.

El destino siempre es algún aeropuerto de Reino Unido o de Irlanda. Los jóvenes, casi siempre varones entre 18 y 30 años, vienen desde Italia o desde Grecia, adonde llegan desde Albania sin necesidad de visado (no lo necesitan para entrar en la UE) porque forma parte del territorio Schengen.

En uno de esos países, las mafias les facilitan un pasaporte, que suele ser italiano pero que también puede ser polaco, búlgaro, griego, belga o checo. En 2016 se detuvo a toda una red que enviaba los pasaportes falsos desde Irlanda hasta Italia. Los jóvenes son en su mayoría albaneses, pero también se ha dado el caso de chinos, georgianos y, sobre todo, iraníes.

La ruta que les proporcionan pasa por usar estos aeropuertos como enlace hacia el Reino Unido, en teoría, según una fuente consultada por este periódico, porque las mafias consideran que en estos aeródromos hay menos vigilancia que en los aeropuertos más grandes. Hasta ahora, sin embargo, esa teoría no ha tenido mucho éxito, ya que, en lo que va de año, según fuentes policiales, se ha detenido en Lanzarote a más de cien personas con pasaporte falso.

La Policía Nacional no facilita estos datos ni ha querido valorar este modus operandi, así como tampoco el desglose por nacionalidades, pero otra fuente judicial corrobora que hasta el verano eran más de ochenta los extranjeros que habían pasado a disposición judicial por un delito de falsedad en documento público.

En Fuerteventura, las cifras son menores, aunque los detenidos se cuentan por decenas, y en Gran Canaria no se dan tantos casos. Esas mismas fuentes apuntan que el de Guacimeta se encuentra entre los cinco aeropuertos de España donde se producen más detenciones por este delito.

Los datos que se ofrecen desde la Secretaría de Estado de Seguridad dicen que el año pasado fueron detenidos por algún delito relacionado con la falsedad 6.577 extranjeros en toda España. De ellos, en ese mismo periodo, 140 fueron detenidos en la provincia de Las Palmas, de los que 107 eran varones.

En toda Canarias ese año, sumando todas las falsedades, fueron detenidas 237 personas por este tipo de delito y sumando españoles y extranjeros. En los cuatro años anteriores, las detenciones están entre las 147 y las 222 personas.

A aquellos jóvenes de los que sospechan los agentes, por su aspecto o su actitud, les hacen diversas preguntas sobre el país del que dicen ser ciudadanos, y en la mayoría de las ocasiones eso les delata.

El pasaporte “da el pego” a primera vista, pero no resiste un análisis más minucioso, con máquinas especializadas. La falsedad documental es un delito, así que, tras el atestado correspondiente, pasan a disposición judicial y se decreta, o bien su ingreso en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Tenerife, o bien su puesta en libertad. Eso sí, imputados por ese delito y con orden de expulsión.

Algunos de los que llegan al Reino Unido piden asilo político. Esto se viene repitiendo desde hace unos tres años, aproximadamente. La Policía cuenta con un servicio de traducción de albanés, vía telefónica, y por eso saben que los detenidos revelan que son víctimas de las mafias, a las que llegan a pagar hasta 8.000 euros por el viaje y el pasaporte.

Aterrizan desde Italia o Grecia y pernoctan una noche en Arrecife o Puerto del Rosario antes de embarcar de nuevo. En 2016 se detuvo a toda una red que enviaba por paquetería los pasaportes falsos desde Irlanda hasta Milán, donde se entregaban  los documentos.

Rutas con menos riesgos

El delegado del Gobierno en Fuerteventura, Domingo Fuentes, señala, respecto a este asunto, que “las mafias eligen aeropuertos de menor riesgo, como Lanzarote o Fuerteventura, para el tráfico de seres humanos hacia Irlanda o Reino Unido”.

“Esto forma parte de una trama internacional. Las mafias, igual que trafican con los seres humanos que huyen de la pobreza con la esperanza de encontrar un mundo mejor, también mueven a delincuentes por rutas que consideran más seguras y con menos riesgos. Los traen por varios aeropuertos, como Fuerteventura o Lanzarote. Efectivamente, su destino final no es la Isla, sino Irlanda o el Reino Unido. Cuando son detectados se les detiene y se les denuncia por entrada ilegal y falsedad documental, y, finalmente, se les pone a disposición judicial”, concluye.