Limpiaventura cumple tres años de compromiso con el medio ambiente
No fallan. Cada fin de semana, desde hace tres años, los voluntarios de Limpiaventura recorren los arenales de la Isla para devolver a las playas su belleza natural y eliminar la suciedad que en buena parte deja el mar, procedente de los buques, y también de la acción irresponsable de vecinos y turistas poco concienciados con la necesidad de cuidar el entorno. “Nuestro sueño es un mar limpio” es el slogan bajo el que impulsan también actividades de concienciación entre escolares, talleres de reciclaje y charlas formativas.
Todo empezó hace ahora tres años cuando Alina Kuntz (Viena, 1977) paseaba con sus perros y su hijo por Bristol y no pudo reprimir la necesidad de arremangarse y comenzar a retirar la gran cantidad de basura presente a su alrededor. Una tarea que le llevó toda la jornada y que concluyó al día siguiente cuando volvió con refuerzos tras pedir a sus amigas ayuda para limpiar la playa. Así nació el pacto para acondicionar un arenal cada fin de semana. Un reto al que se ha ido sumando hasta medio millar de personas aunque realmente son sesenta los voluntarios que actúan de forma habitual. La mayoría son extranjeros que viven en la Maxorata, pero también muchas personas de aquí que sienten “mucha tristeza al ver cómo están las playas”.
La propia Alina, que se autodefine como majorera-guiri, se crió desde muy niña en la Punta de Jandía “comiendo pescado y sin luz ni agua”. Allí, viendo a su padre limpiar la playa y “construyendo juguetes a partir de cosas que dejaba el mar”, tomó conciencia de la inmensidad de la basura que generamos y que convierte las profundidades de los océanos en auténticos vertederos sin control. En ocasiones, con las olas, los desechos vuelven al litoral para advertir de la existencia de estos basureros, integrados mayormente por plásticos, que ya están entrando a formar parte de la cadena alimentaria.
Alina lo sabe, por eso utiliza su capacidad de liderazgo, su gran motivación y tesón para contagiar su entusiasmo y capacidad de compromiso a este grupo abierto de personas que después de llevar dos años limpiando semanalmente el litoral sin faltar a una sola cita, hace un año se constituyó como asociación. Un paso que dieron, explica, para poder poner otros proyectos en marcha y continuar concienciando a la sociedad de que “nos encontramos ante un problema global que, al principio te puede abrumar, pero te tienes que dar cuenta de que actuando localmente se puede activar un cambio a nivel global por el efecto multiplicador que tiene implicar a los niños, familiares y amigos”. La tarea no es sencilla, reconoce, “porque la gente lo sabe pero es muy difícil despertar a alguien que no está dormido y se hace el dormido”.
Jurella y Libertad van al cole
Sabe también que resulta complicado reducir la cantidad de desechos que se generan porque supone cambiar los hábitos de una sociedad consumista poco proclive a la austeridad. Por ello, Limpiaventura centra parte de su actividad en fomentar valores entre los más pequeños. Y lo hace sirviéndose de Jurella y Libertad, un pez y una tortuga que se convierten en protagonistas de los cuentos teatralizados que llevan a los centros educativos de Fuerteventura. Personajes entrañables que ayudan a los voluntarios de la asociación a plantear a los niños historias de los habitantes del mar que se enferman por comer microplásticos o se enredan en marañas de materiales polímeros. Una vez expuesta la situación, instan a los alumnos a aportar soluciones y a ser conscientes de la importancia de sumar esfuerzos para lograr objetivos. “Los consumidores tenemos el poder y somos muy potentes. Solo tenemos que unir nuestras fuerzas”, proclama convencida la presidenta de Limpiaventura.
Un mensaje que cala hondo entre quienes participan en los talleres de reciclaje y charlas que también ofrece la asociación en la academia de Alina donde da clases de alemán, italiano y español.
La intensa actividad se refleja en la página web de la asociación: www.limpiaventura.org y en Facebook donde se pueden conocer las próximas actividades y salidas de la asociación. También se pone a disposición de los usuarios el whatsapp, a través del número 610 01 34 24.
Cualquier persona interesada puede participar en las tareas de limpieza aunque los voluntarios mejor recibidos son los niños. “Están muy despiertos, se implican enseguida y lo hacen de corazón”, explica Alina. Convencida de que el aprendizaje se basa en el modelaje, esta activista insiste en la necesidad de educarles con el ejemplo porque “aprenden de lo que hacemos, no de lo que decimos” y no duda en criticar el sistema educativo para el que reivindica “menos teoría en la escuela y más acción”. La limpieza concluye con la celebración de un picnic con la comida que los participantes aportan. Un ritual que sirve para “crecer juntos y compartir ideas que ayudan a consolidar la comunidad”, resalta.
En estos tres años de actividad, el balance es muy positivo. El compromiso ha sido la palabra clave, “porque sin acción nada vale”, insiste Alina. Destaca también el papel de muchos turistas que han participado en las limpiezas y de las distintas organizaciones con las que colaboran como Clean Ocean Projecto o el Ayuntamiento de La Oliva. Mantienen, además, intercambios y promueven acciones con la Asociación Sierra Nevada Limpia, Walk to Clean (Suiza), Limpia Cofete y Avanfuer. Cuando no están presentes, la asociación que preside Alina limpia en su nombre “y también en nombre de todos los niños del mundo”. Una labor que precisa de más personas comprometidas que quieran participar en el proyecto. Es su deseo para 2018.
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