El presidente de la Federación de Empresarios de la Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), José María Mañaricúa, advierte de que, en esta crisis, "el turismo será de las últimas piezas" en recuperarse, por lo que si en la recesión 2008 ayudó a levantar la economía, "ahora no será así".

El también director de operaciones del grupo Gloria Thalasso & Hotels ha explicado a Efe que los hoteleros ven en este cierre obligado por el coronavirus la oportunidad para reformar y mejorar el producto turístico, aunque reconoce que hay "incertidumbre y miedo".

Hacer una inversión en las condiciones actuales, añade el portavoz de la patronal turística, resulta "arriesgado" ya que la paralización de la actividad "se puede prever a ocho, diez o doce meses".

Para paliar la crisis del sector, Mañaricúa recalca la importancia de que las administraciones públicas pongan en marcha "respuestas efectivas", con bonificaciones del 95 % en el impuesto de obra, reducción del IBI, tasas de basura, terrazas o vados, entre otras medidas. "No se puede mantener el gasto en momentos de cero ingresos”, insiste.

Además, hace hincapié en que el turismo en las islas solo podrá recuperarse con "test fiables de Covid-19 a todos los turistas antes de entrar en el destino", como única medida para garantizar la seguridad.

En cuanto a las previsiones del sector, Mañaricúa explica que "no solo depende de la situación de Canarias, sino también de España y de los países potencialmente emisores de turistas", por lo que será "clave" cómo se desarrolle el virus en el Reino Unido, Alemania o los países escandinavos, para "determinar el futuro turístico".

“No habrá una reapertura general”

"No habrá una reapertura general de los hoteles" a corto plazo, asegura, ya que previsiblemente el verano "será prácticamente con turismo local insular o interinsular a lo sumo", y se reabrirá una segunda etapa a turismo nacional.

"Entendemos que 2020 es un año muy difícil y el 2021 también tendrá muchas dificultades", añadió.

Las pérdidas, "no se pueden contabilizar porque no se sabe cómo será el cierre del año", pero recuerda que en 2019 el turismo generó en Canarias unos 15.000 millones de euros en ingresos.

En este momento, señala, las empresas del sector requieren de una "respuesta clara" de las instituciones públicas para "reducir el IBI, por ejemplo, o el pago de tasas de basuras, terrazas, vados", tanto de hoteles como espacios de restauración cerrados.

"Los ayuntamientos, en vez de decir que no pueden poner en marcha estas medidas y echar la culpa al Estado, deberían solicitar ellos mismos al Estado esas medidas", que son las que "pueden permitir que las empresas turísticas actualmente sin ingresos puedan reducir gastos".

Las empresas hoteleras, argumenta Mañaricúa, "necesitan del patrimonio para mantener las instalaciones, medios económicos para reformar y reabrir en las mejores condiciones".

A su juicio, el riesgo de quiebra de las empresas dependerá "del grado de endeudamiento que tengan y la posibilidad de financiación, tanto pública como de los bancos, y de cómo se faciliten los gastos en momentos sin ingresos".