Promotores turísticos, embajadores del paraíso en Europa
El Patronato de Turismo de Fuerteventura fue pionero en 2011 en proponer al ente Turespaña la figura de los promotores en las capitales de países europeos emisores de turismo. Actualmente, estos embajadores de la belleza, el clima y la tranquilidad de la Isla están repartidos por Reino Unido, Centroeuropa, Escandinavia, Alemania o Polonia. Venden cultura, patrimonio, por supuesto sol y playa, pero, sobre todo, el plus intangible que solo es capaz de transmitir un isleño fuera de su tierra.
Florencio González vive hace nueve años en Varsovia, la tierra natal de su esposa y donde también han nacido sus hijos. “Mi mujer tiene que estar cerca de su madre porque los polacos son muy familiares, pero yo echo mucho de menos Fuerteventura y si encima te dedicas a vender los encantos de tu Isla a los demás, es muy duro”, bromea este majorero, uno de los primeros becarios que tuvo la línea de promotores del Patronato de Turismo y que actualmente presta servicios puntuales como ‘freelance’ en el mercado polaco.
Precisamente Florencio participó hace unos días en el ‘workshop’ de TUI Polonia (el segundo turoperador de Polonia después de Itaca), celebrado en el hotel Sheraton de Varsovia y donde acudieron 300 agentes de viaje del país. “Es una especie de maratón de entrevistas de diez minutos, en grupos de diez personas, que van pasando por mesas rotativas”, explica González, que subraya la importancia de este encuentro con profesionales de la TUI “porque se elige muy bien a los ‘partners’ (en este caso los destinos que interesan). No todos están invitados, como sí fue el caso de Fuerteventura”.
La filosofía de ‘venta’ del destino sigue incidiendo en el binomio sol y playa, “que para eso contamos con las mejores playas no ya de Canarias, sino de Europa”. Sin embargo, “siempre intentamos que se conozca el patrimonio local, la cultura, que se salga del hotel, ya que en Polonia hay un alto porcentaje de turista de todo incluido”, aduce Florencio.
Fuerteventura cuenta también con un promotor en Estocolmo, que se ocupa de los mercados de Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Letonia, Lituania, y Estonia; otro en el Reino Unido para el mercado británico, irlandés y de los Países Bajos; y una promotora en Alemania, que asume también Austria, y Suiza. En este momento están vacantes las plazas de París y Roma, “que se cubrirán previsiblemente el próximo 2018”, según indica el gerente del Patronato de Turismo, Moisés Jorge.
Este profesional del Turismo, un auténtico visionario del sector, propuso ya en 2011 al entonces director general de Turespaña, Antonio Bernabé, la presencia de promotores majoreros en algunas de las oficinas de turismo del ente en Europa. Turespaña es el organismo ministerial que se encarga del marketing de España como destino de viajes en el mundo.
“Fuimos el consejero del área del Cabildo, Blas Acosta, y yo a Madrid y trasladamos esta propuesta, que fue aceptada y se implantó en 2012 hasta la fecha. Nos interesaban los mercados consolidados y los emergentes, para seguir de cerca su evolución y poder hacer, además, un seguimiento a las campañas. Me refiero a convenios de co-marketing, tanto con turoperadores como con líneas aéreas regulares. En aquel momento Turespaña nos cedió espacio en Berlín, Londres, París, Varsovia, y Milán”, señala el gerente del Patronato.
Los embajadores de la belleza, el clima y la tranquilidad de la Isla están repartidos por Reino Unido, Centroeuropa, Escandinavia, Alemania o Polonia.
Algunas islas como Tenerife y Lanzarote ya contaban con promotores en algunas ciudades, “pero no en tantas como Fuerteventura”, recuerda Jorge. De esta manera, se llevó a cabo una convocatoria pública, bajo la fórmula de becas, para captar a jóvenes majoreros recién licenciados o graduados y con conocimientos de idiomas, “lo que nos aseguraba contar con gente formada de la isla, que podría defender nuestra promoción de una forma muy productiva y con ilusión”, explica Moisés Jorge.
La idea es que el majorero hable de su tierra en primera persona, lo que no tiene competencia como campaña de marketing. Al cabo de nueve años, Florencio también ha aprendido a conocer los gustos locales y propone, por tanto, los atractivos más deseables de la Isla para ese perfil. “Los polacos viajan en familia, aman la tranquilidad y, en la última década, han incrementado sustancialmente su poder adquisitivo. Los salarios prácticamente se han duplicado y eso ha abierto la curiosidad por viajar. No están abonados ya a un destino confortable, como pasa con el viajero alemán, mucho más experimentado y que, al final, ha encontrado su destino ideal”, dice este embajador de la Isla.
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