Puerto del Rosario quiere revalidar el sello ‘Ciudad Amiga de la Infancia’ en 2018
El indicador de calidad de una ciudad se puede medir por la movilidad de su población y capacidad de independencia de los niños por su interior. Si aplicamos esos criterios que con tanta sabiduría propone Frato, el pedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci (La ciudad de los niños, 1996), Puerto del Rosario perdería de un plumazo su sello de Ciudad Amiga de la Infancia.
El 17 de octubre de 2014, el jurado formado por UNICEF Comité Español, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la Federación Española de Municipios y Provincias y el Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia, otorgaba por primera vez al Ayuntamiento de Puerto del Rosario el Sello Ciudades Amigas de la Infancia (CAI), que debe ser renovado cada cuatro años (2014-2018). Así que le tocará renovar a la capital majorera el próximo año. Sin embargo, en la actualidad las familias residentes se quejan de que no hay carriles bici, ni se observa cada mañana a los niños acudir a los colegios caminando por la calle reunidos en grupos y ni siquiera pueden moverse por las calles principales en skate y patines porque sólo hay una calle peatonal y el ordenamiento de las vías es bastante caótico.
Queda un gran trabajo por hacer, según diferentes asociaciones de vecinos, comerciantes, Club de la Bici Verde y Puertoenbici para conseguir la deseada ciudad de los niños de Tonucci. A pesar de que la capital tiene potencial con grandes avenidas, viales y tres playas próximas, Playa Blanca, Los Pozos y Puerto Lajas, carecen de unión con viales para cicloturismos y peatones y no conectan con el núcleo urbano.
“Realmente la inversión podía ser mínima pero falta intención y más interés por sacar adelante estos proyectos esenciales para ganar en calidad de vida. La sensación de peligro en las calles de Puerto es brutal. La velocidad y los niños, el tránsito y la estancia no son compatibles aquí”, explica el ingeniero Diego Naya, especializado en transportes, servicios urbanos y movilidad sostenible, y creador del Plan de Movilidad Urbana de Puerto del Rosario dentro del Plan General de Ordenación (PGO). “Existen aceras inacabadas y en las acabadas se incumple sistemáticamente la Ley de accesibilidad con farolas y terrazas en ellas. Existen pasos de peatones mal ubicados y en general el ordenamiento urbanístico es un caos”, desgrana este experto.
En general, el grupo de gobierno municipal no ha aplicado casi nada de lo propuesto en el Plan de Movilidad y muchas familias lamentan que tendrán que esperar 20 años para que la capital se convierta en una ciudad ordenada y accesible. Naya se basa en los índices de calidad de Tonucci e invita a pacificar el tráfico por la ciudad. “Lo primero que debemos hacer es rebajar la velocidad, aquí se circula demasiado rápido y con mucho ruido, incumpliendo normativas”, añade. Su propuesta es colocar discos de 30 kilómetros por hora, como Pontevedra (Premio europeo de Movilidad Sostenible 2012), primera ‘Ciudad 30’ del Estado.
“Una medida para reordenar el tráfico en la capital majorera sería estrechar carreteras y ampliar aceras y carriles para cicloturistas y peatones. Con ello se facilita la movilidad por la ciudad en las calles principales y secundarias”, recuerda. “La calle Tenerife es ideal para un carril bici porque enlaza muchos puntos de interés como parques y colegios”, añade Naya, que ha estudiado con detalle el movimiento de peatones y tráfico en el municipio capitalino.
“Existe una tendencia a pasar siempre por el centro del núcleo pero se puede fomentar la movilidad entre los barrios por la circunvalación o vías exteriores y dejar el centro libre de humos y más favorable para los peatones, carros de bebé, sillas de ruedas y personas con movilidad reducida”, apunta el ingeniero.
Este experto majorero recuerda a Frato. El investigador cita un estudio localizado en Suecia que concluye que “el tiempo más peligroso del día para un niño es el que pasa en el coche con sus padres”, explica Tonucci. En su experimento propone que las ciudades estén estructuradas y pensadas para los más pequeños. “La desaparición de los niños de las calles afecta mucho a la ciudad; la ciudad sin niños es peor”, dice Tonucci.
“Ese sería el vivo retrato de Puerto del Rosario, una capital en la que ya casi no vemos niños en las calles porque están metidos en los coches para ir de una actividad a otra”, reflexiona. “Jóvenes, padres y niños no se mueven en bici, skate, patines o andando porque la ciudad carece de un ordenamiento básico, en definitiva es compleja para ellos”, concluye este experto, conocido porque siempre anda en bici por la capital, a pesar de las dificultades y peligrosidad que presenta para los cicloturistas.
Por una ciudad sostenible
Por otro lado, el alcalde de Puerto del Rosario, Nicolás Gutiérrez, afirma que el Ayuntamiento apuesta por un modelo de ciudad sostenible en muchos aspectos, y por supuesto uno de ellos es en materia de transporte y movilidad. “Como punto de partida tenemos el estudio de movilidad sostenible que incluye el reciente Plan General aprobado. Este documento nació con la intención de ser una herramienta con la que lograr un cambio de modelo en la movilidad del municipio, apostando por la recuperación del espacio público”, explica el alcalde.
Además, añade que este estudio es el paso previo para la elaboración de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que es el documento al que debe aspirar la administración. “Trabajamos con la seriedad y rigurosidad que merecen nuestros vecinos, estamos decididos a completar ese camino, y este pasa por una fase de preparación y redacción en la que estamos actualmente inmersos, y que nos llevará, en un futuro no muy lejano, a tener una guía completa de actuaciones. Entre ellas esos carriles bici necesarios para colocar a Puerto del Rosario un paso más sostenible”, sostiene el primer edil.
El ingeniero Diego Naya propone pacificar el tráfico y que Puerto sea ‘Ciudad 30’, en la que los vehículos no superen esa velocidad
Por su parte, el concejal de Urbanismo, Roberto Padilla, afirma que del estudio de movilidad de Diego Naya se han llevado a cabo varias propuestas, como por ejemplo la optimización de la ruta de la guagua urbana, y los itinerarios peatonales están en pleno proceso de ejecución con cargo a los fondos FDCAN. “Es un documento muy vivo que tenemos muy presente”, resalta. Además, Padilla considera que muchas actuaciones están ligadas entre ellas “y que no se pueden acometer unas sin llevar aparejadas otras, lo que limita en la mayoría de las ocasiones la aplicación de este tipo de programas, especialmente cuando no todos los condicionantes dependen de la administración actuante”, indica el edil. Gutiérrez y Padilla coinciden en que Francesco Tonucci es un genio, su visión del espacio urbano y de cómo este debe ser soporte de las relaciones entre las personas, y especialmente, desde el punto de vista de los niños, es una maravilla, “pero él mismo es consciente de que el cambio hacia ese objetivo es lento”.
Desde el grupo de gobierno se recuerda que cuando Tonucci estuvo hace unos años en Puerto del Rosario, quedó verdaderamente encantado de lo que vio y escuchó, “aunque somos conscientes de que aquello no era más que el principio de algo que tiene que evolucionar a su ritmo”. “Cuando apostamos por cambiar hábitos hay que ser conscientes de que no sólo se necesita dotar un espacio de una determinada infraestructura sino también de concienciación de sus usuarios, y es por ello que esos caminos deben ir a la par”, señalan. “Nosotros -insisten- apostamos por el respeto y el consenso, porque todos somos partes implicadas y todos merecemos consideración”.
En cuanto a la demanda de crear una ciudad a 30 kilómetros por hora, Roberto Padilla anuncia que la pacificación del tráfico o ‘zonas 30’ están propuestas en el EMMS para las áreas residenciales, barrios donde las calles vuelvan a ser disfrutadas por los niños, muy relacionado con la idea de Tonucci. Por ello, está convencido de que en 2018 Puerto revalidará su sello CAI, a pesar de las críticas, porque la avenida carece de espacios peatonales amplios, libres de humos y ruidos. Padilla detalla que en ella se apuesta por una armonización del tráfico con los itinerarios para peatones y bicis. “Esta propuesta va aparejada a otra que limita la materialización de esta misma y que tiene que ver con el tráfico pesado”, resume. En cualquier caso, concluye, es un tema principal que se tendrá en cuenta en la redacción del futuro PMUS.
Club Bici Verde: “Falta planificación y voluntad política”
Nagore Fuldain, del Club Bici Verde, afirma que tras cinco años de recorrido, “podemos decir que, desde nuestro punto de vista, ninguna administración pública de la Isla apuesta por una movilidad sostenible en Fuerteventura”. Se van haciendo actuaciones puntuales (como talleres, muy necesarios, en la Semana de la Movilidad), pero no de manera sostenida en el tiempo. Tuvimos esperanzas con el Plan Insular de Movilidad Sostenible, 2015-2018 que contrató la Consejería de Transporte, pero se quedó en un plan de transportes. “También la tuvimos con el anterior grupo de gobierno de Puerto, que elaboró el Estudio Municipal de Movilidad, organizó la charla de Tonucci y de Pontevedra, ejemplo de ciudad que ha apostado por una movilidad sostenible, pero no tuvo continuidad”, detalla la portavoz de Bici Verde.
“Pero echamos de menos mayor planificación y voluntad política. La apuesta tiene que ser en firme y a largo plazo, y coordinada entre instituciones y departamentos”, insiste Fuldain. Las medidas están todas inventadas, recuerda, y “no hay más que copiar lo que ha funcionado en otros lugares y adaptarlo a las particularidades de la isla y sus municipios”.
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