El canal de Youtube de Don Garfialo, con más de 70.000 seguidores, ha llevado la voz de Fabián Álvarez a más de diez países; este mes estrena, por primera vez, una pieza de teatro
Tras el rastro de la voz que lee poesía, desde Fuerteventura hasta América Latina
El canal de Youtube de Don Garfialo, con más de 70.000 seguidores, ha llevado la voz de Fabián Álvarez a más de diez países; este mes estrena, por primera vez, una pieza de teatro
Dicen que la voz es similar a la huella dactilar: marca de identidad irrepetible, único rasgo que viaja más allá del cuerpo para dar nombre a una boca. Fabián Álvarez no podía imaginar hace cinco años que su voz llegaría a México, a Colombia, a Costa Rica, ni que más de 70.000 personas se suscribirían a un canal de Youtube para escucharle recitar sus poemas favoritos. Whitman, Baudelaire, Cortázar o Bukowski son algunos de los autores que han pasado por sus cuerdas vocales a lo largo de cinco años de canal. Don Garfialo acumula ya casi trece millones de visualizaciones y el actor dice no conocer el motivo de su repercusión.
Fabián (Asturias, 1978) se instaló en Fuerteventura hace ya 15 años. Llegó, cuenta, gracias a la literatura: el premio de un concurso literario le permitía escoger cualquier lugar de la geografía de España para vivir un año de residencia artística. Él eligió Fuerteventura, y Fuerteventura acabó atrapándolo: nunca volvió a Asturias.
En 2015 creó su canal de Youtube y comenzó a subir grabaciones de diferentes poemas; su único interés, asegura, era contar con un registro de voz como muestra de su trabajo, un 'portafolio artístico' de sonido, que pudiera ofrecer para pruebas de teatro. En el primer año contaba ya con unos 300 suscriptores; hoy, la cifra ha subido a más de 70.000 y continúa aumentando en torno a los cuatro mil nuevos seguidores mensuales.
Don Garfialo, nombre que surge de la unión del personaje del Capitán Garfio (Peter Pan, J.M. Barrie) y de Don Gonzalo de Ulloa (Don Juan Tenorio, José Zorrilla), ha sido hasta hoy un personaje más para el actor, que nunca había mostrado su rostro a los seguidores. El lanzamiento a través del canal de Hank, la sombra de Bukowski, obra de teatro guionizada e interpretada por el propio Álvarez, “une a Fabián y Don Garfialo, algo que no había pasado hasta ahora: en el canal solo era Don Garfialo”, señala el actor.
Realismo sucio y Bukowski suben al escenario
“Hay gente que cuando ve una iglesia abierta, entra. Yo cuando veo un teatro abierto, entro. Es un lugar que conserva algo especial. Hay una frase de Galeano que lo describe bien: 'No hay nada más lleno que un teatro vacío' ”, cuenta Fabián. En un teatro vacío, en este caso en el Palacio de Formación y Congresos de Fuerteventura, el actor dio vida durante diez días de grabación al más conocido personaje de Bukowski: Henry Chinaski (Hank). Antisocial, alcohólico y representativo antihéroe de la literatura del realismo sucio, el personaje de Hank ha dejado a la historia de la literatura universal el interrogante de saber si sus pasos son en realidad los pasos del propio Bukowski, que situó a su personaje predilecto en novelas con gran contenido autobiográfico.
En Hank, la sombra de Bukowski, Álvarez (guionista y actor protagonista) realiza un recorrido cronológico por la vida del icónico personaje, desde la infancia hasta la vejez, a partir de fragmentos de distintas obras de Bukowski, encauzadas en un monólogo. En la pieza teatral, escenas de La senda del perdedor, Carteros, Factotum, Escritos de un viejo indecente, Mujeres y El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco componen la narración de vida, reflexiones y caracterización de Hank, con la soledad, el infierno personal y el alcohol en un primer plano. Completan la obra breves interludios, en los que se suman varios poemas del autor, a modo de guiño a la comunidad de Don Garfialo.
“Estas lecturas siempre me parecieron principales para entender desde dónde parte Bukowski, esto es, desde las mismas tripas. Aquí están el por qué de Bukowski y de dónde nace Hank”, explica Álvarez, que señala que en este proyecto ha primado el “respeto al escritor”. “No hay más mensajes que los que Bukowski quiso trasladar con sus novelas. No creo que al público le interese mi interpretación sobre el mensaje del autor; yo simplemente recupero y llevo al teatro lo que él trasladó en sus textos”, explica. También recalca que no es su objetivo mostrar la vida del escritor, más allá de lo que él haya querido reflejar de sí mismo en Hank: “No me interesa si Hank es Bukowski o no: hay que amar el arte, no al artista”, indica, aunque señala que es casi imposible, en cierto punto, separarlos: “Evidentemente en Hank hay muchísimo de Bukowski: su relación con su padre, la soledad, su infancia... De ahí que en el título de la obra de teatro aparezcan personaje y autor”, explica.
Rodar teatro, sin perder la cuarta pared
La obra, que estaba previsto fuera grabada en el mes de abril, fecha truncada por la emergencia sanitaria, fue desde un primer momento pensada como una pieza de teatro llevada a la pantalla, para poder compartirla con el público de Don Garfialo, pero no como cine: Fabián Álvarez no quería perder la esencia del teatro.
“El trabajo de Paco Rodríguez, iluminador y responsable de escenografía, y de Álvaro García, cámara y editor de vídeo, hizo posible que mi idea original se convirtiera en algo mucho más grande” dice Álvarez. “El respeto, en toda la grabación, por la cuarta pared, hace que sea una obra de teatro en todo momento, aunque grabada. Yo no quería hacer un corto, ni una película. Quería hacer teatro y grabar teatro, pero hacerlo bien”, señala el director de la obra que explica que, aunque fue pensada para su comunidad internauta, inicia ahora el camino para llevarla a los teatros.
“En el teatro hay una relación única con el presente y con el público: por medio de la cuarta pared se establece un artefacto muy bonito que en el cine no se da. Por eso quiero moverla en todos los teatros en que sea posible (y cuando sea posible)”, señala Álvarez.
Y es que para Fabián, lo más divertido del proyecto ha sido salir al escenario y prepararse durante meses escuchando el personaje a interpretar: “A fin de cuentas soy actor”, sonríe. “Me quedo con ese primer día que llegas, que ya es real, que lo palpas, lo tocas, con escenografía montada. Que te metes en el camerino, te vistes, te afeitas el pelo y sales afuera y está todo preparado allí; suena una claqueta y alguien dice 'Acción'. Oyes acción y todo cambia”, explica.
Por el momento, Hank, la sombra de Bukowski, alojada en Vimeo y a la que se accede con una entrada de 2,21 euros, ha tenido una gran acogida en el canal: en menos de dos semanas (en el momento de la entrevista) ya había sido visualizada por unas 1.500 personas. “A mí me gustaría tener el contacto con el público, poder acercarme, poder disfrutar de la espontaneidad del teatro y también aprovechar para conocer a parte de mis seguidores online en la vida real”, cuenta Álvarez que no descarta desarrollar en el futuro otros proyectos de teatro para su canal.
Charles Bukowski, que el próximo 16 de agosto cumpliría cien años, decía en uno de sus textos más conocidos, en el poemario Los días corren como caballos salvajes por las montañas (1969): “Un poema es una ciudad, un poema es una nación, un poema es el mundo”. Quizás el canal de Don Garfialo, reuniendo seguidores de dos continentes en torno al recitado de poesía, ha dado la razón al más excéntrico, querido y odiado de los escritores malditos.
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